El son montuno vino de oriente (I)
15 de agosto de 2019
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El Son montuno constituye el género musical cubano de mayor arraigo, difusión y consumo, tanto en el ámbito nacional como internacional.
El maestro Odilio Urfé siempre reacuñó “que el Son cubano es la síntesis más decantada y original realizada por nuestro pueblo y sus músicos más representativos”.
Remitirnos a las raíces donde se localizan precisos aportes de patrones musicales africanos con los hispánicos en el curso del surgimiento del Son lleva a la fragua de que, indudablemente ocurre la forja de uno de los modos de “ser cubano”.
La alegría del pueblo cubano y algunos otros diversos sentimientos de regocijo al bailar el Son devienen actitud a compartir con las esperanzas fraternales, puestas en práctica siempre en Cuba, para latir al compás del son y ser llevadas a cualquier parte del mundo donde se diga o se sienta lo cubano.
El Son con muchísimo más de un siglo de vida músico-social, se manifiesta como una expresión de vibración y sensibilidad del pueblo cubano y como tal, ha conquistado a través del tiempo todos los terrenos sociales hasta convertirse en lo que es hoy en día: no solo juicio de la vida cotidiana asociada a todas las celebraciones, en principio desde los humildes y desposeídos de fortuna y gradualmente, hasta el arribo del mismo a la capital, en heraldo, baluarte, embajador y gozosa carta de presentación musical de Cuba en todo el planeta.
El Son ha hecho gala de su tonicidad para registrar los múltiples cambios sociales operados en diversas etapas en Cuba y con esto revelar las necesidades del público. Ha asistido con su característico ritmo al estrechamiento de los lazos emocionales, festivos e históricos a través del baile y cantos cubanos donde en una buena parte Cuba se vinculó con el mundo.
Ya a fines del siglo XIX el Son es un baile definido “en dos partes” según el musicólogo Edgardo Martín, con amplia difusión y sentido popular, además de guía de una polirritmia íntegramente suya, exclusiva.
Desde entonces el Son quedó determinado como un definido arreglo al canto y el baile eminentemente popular, como símbolo y personificación que encarna a Cuba.
Los elementos que configuran y estructuran el formato básico interprete del Son, están implícitos en la cuerda pulsada –guitarra y tres–; percutidos como el bongó – especie de dos tamborcitos pareados–; de aliento como la botija; marimbula, y percutidos o sacudidos como las maracas y las claves.
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