El poeta del piano (II)
23 de enero de 2015
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En mi comentario anterior sobre Federico Chopin expresé la importancia que tienen sus cartas, testimonios invaluables de su vida y obra. En algunas de ellas se evidencia que, en efecto, su salud siempre fue frágil, y su cuerpo delgado; que era aficionado a la pintura y al teatro y que solía hacer caricaturas de quienes le rodeaban.
Algunas `personas fueron muy importantes en la adolescencia y primera juventud de Chopin: Tytus Woyciechowski, su mejor amigo y confidente, el profesor Józef Elsner y Adalberto Zywny, maestro, fundamental en su aprendizaje. Sobre sus relaciones con el primero se ha especulado mucho debido a que eran –según el propio Chopin- “sublimes”; y en la carta que escribió cuando Tytus abandonó Varsovia, dice: “¡Qué triste no tener a quien ir a ver por las mañanas para compartir penas y dichas! Es insoportable no hallar donde descansar el fardo que nos oprime.” Pero su fiel amigo llegó tarde a su lecho de muerte. En cuanto al viejo maestro checo Elsener, dedicado más al violín que al piano, cuando Chopin le mostró su primera “Polonesa” escrita con sólo siete años de edad, se convirtió en su maestro de armonía y contrapunto y dijo: “Es un genio musical”, especie de profesa acerca del futuro “poeta del piano”. Por su parte, Zywny, más que maestro de Chopin fue su servidor y amigo, y quien lo inició en el estudio de J. S. Bach, que se convirtió en un músico indispensable para él a partir de entonces.
Respecto a la personalidad de Chopin, sus biógrafos aseguran que era triste y nostálgica, tal vez debido a su enfermedad. Incluso, hay quienes califican sus obras de “enfermizas”, criterio que no comparto, pues en realidad son maravillosas piezas representativas del Romanticismo, cuando la creación obedecía más al corazón que a la razón, a diferencia del período anterior, y está marcado por la frustración, el desaliento, el escapismo…
A los 17 años, Chopin fue golpeado por la muerte de su hermana Emilia y su extrema consternación llego a afectar seriamente su salud, lo que provocó gran alarma en la familia; pero esto no impidió que abandonara la creación.
Al pianista y al compositor que fue este vistoso músico polaco, dedicaré mi próximo comentario.
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