El poeta del piano (I)
16 de enero de 2015
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Después de Mozart, todos los músicos deseaban ser tan grandes como él, pero no siempre lo consiguieron. Sin embargo, algunos como Chopin, se convirtieron en “hitos” del Romanticismo. A él dedicaré mi comentario de hoy.
Federico Chopin nació en un pueblo cercano a Varsovia en 1810 y murió en París en 1849, pero su fallecimiento prematuro no impidió que se convirtiera en uno de los más importantes músicos del siglo XIX.
Dos hechos son de vital importancia en la infancia y adolescencia de Chopin: los años de esplendor de Napoleón Bonaparte, y el surgimiento del Sturm und Drang y de las aspiraciones revolucionarias de la época. Y aunque él no fue un político, su gran sensibilidad le llevaba a conmoverse ante la injusticia social de su amada patria a quien dedicó sus “Polonesas”.
Poco sabemos de los padres y hermanas de Chopin, pero según sus biógrafos, había una gran armonía familiar. Este artista recibió una esmerada educación en el colegio más prestigioso de Varsovia, ciudad donde residió desde pequeño, y donde tuvo el primer contacto con la música popular a través de trabajadores y labriegos que eran parte del entorno donde creció, experiencia que reflejó, a través de sus “Mazurcas” y otras obras. Parte de esas vivencias aparecen recogidas en algunos números que se conservan del periódico infantil “Correo de Szafarnia”, del cual era redactor. También las cartas dirigidas a su familia constituyen importante testimonios y evidencias la atracción que sentía Chopin por la música popular. En una dirigida a su padre, se refiere a una fiesta de la cosecha a la que asistió en Szafarnia, uno de cuyos párrafos dice: “Eché mano del arco polvoriento y comencé a tocar el bajo con tanta inspiración, que todo el mundo formó un círculo alrededor…” Tenía entonces quince años.
Los padres de Chopin abrieron una pensión en Varsovia, donde su hijo, desde la infancia, llamó la atención de los jóvenes huéspedes, por su inteligencia, amabilidad y dulzura; pero, sobre todo, porque tocaba muy bien el piano.
Mucho me falta por decir del gran músico polaco, pero lo haré en mi próximo comentario.
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