El Patrimonio Nacional en nuestros sellos de correos
10 de agosto de 2020
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Los sellos cubanos son fieles defensores del Patrimonio de la nación cubana y así lo demuestra un elevado número de emisiones postales puestas en circulación durante más de un siglo.
Una muestra de lo que aquí decimos es la emisión conmemorativa del aniversario 490 de la fundación de la villa de Santiago Apóstol hoy la siempre heroica y hospitalaria Santiago de Cuba.
Caracteriza el diseño de la estampilla una vista del Castillo de San Pedro de la Roca que se levanta sobre un peñón a la entrada de la bahía santiaguera, uno de los sitios patrimoniales más importante de nuestro país por su rica historia y su sólida construcción.
La impresión se realizó en papel cromo por el sistema OFF-SET, en formato horizontal con las medidas 48 por 31milìmetros y perforación 12.5. Circula a partir del 2005.
Consejos útiles
Los textos en las hojas de las colecciones de sellos de correos.
Otra clase de texto que se recomienda se haga con un tipo de letra distinto es aquel que se refiere a observaciones filatélicas acerca del material expuesto.
Sirve para indicar variedades de impresión, dentado, filigrana y otros detalles. Un aspecto a tener en cuenta es que dichos textos deben ser pocos y muy breves.
No se recomienda escribir los textos en hojas o papeles aparte y luego pegarlos en las hojas, los textos deben ser escritos en las propias hojas.
En la parte superior cada hoja debe llevar el título del capítulo o subcapítulo que comprende y un detalle a tener en cuenta es que no se debe repetir en cada hoja el título de la colección, lo cual es una redundancia.
No olviden que la primera hoja es la dedicada al título de la colección y su plan, esta hoja también debe ser expuesta, en ella se relaciona la cantidad de hojas que se exponen en cada capítulo, de manera inteligente, para que el público y, en particular los jurados, puedan tener idea del volumen real de la colección.
Hasta aquí estos consejos que esperamos hayan sido útiles para nuestros amigos filatelistas.
Curiosidades de la Filatelia
Varios amigos nos han escrito interesados en conocer algunos detalles de la vida de Jean de Sperati, considerado el mayor falsificador de sellos de todos los tiempos.
Aunque el tema lo hemos tratado en ocasiones anteriores, vamos a complacer a estos amigos.
Comenzaremos recordando que las falsificaciones de Sperati engañaron a todos los peritos a principios del siglo XX.
Entre 1910 y 1942 este plagiador falsificó una enorme cantidad de estampillas sin ser descubierto.
Pero, de no haber sido por un incidente casual ocurrido durante la II Guerra Mundial Sperati nunca hubiera sido descubierto.
El 6 de febrero de 1942 el falsificador quiso enviar desde la Francia ocupada por las tropas nazis, donde residía, una encomienda a Portugal.
Al ser abierto el paquete por la censura militar de guerra y ver que contenía planchas enteras de sellos clásicos de gran valor fue acusado por la inspección de Aduanas de exportador de divisas no declaradas.
Sperati se declaró inocente alegando que el envío no contenía estampillas auténticas, sino simples reproducciones hechas por él mismo como obra artística, sin valor filatélico.
Fue llevado a un juicio en el que comparecieron grandes expertos quienes coincidieron en señalar que los sellos eran auténticos y de un gran valor debido a su excelente estado de conservación.
Con su habitual astucia Sperati logró salir en libertad no sin antes pagar una millonaria multa.
Se dice que una vez concluido el proceso legal a que fue sometido la Asociación Filatélica Británica le ofreció la cantidad de diez millones de francos franceses con la condición de que no continuara haciendo sus falsificaciones a las que con cinismo no disimulado llamaba obras artísticas.
Durante más de 30 años Jean de Sperati falsificó sellos de alrededor de 70 países y no son pocos los que afirman que muchas de las estampillas clásicas que hoy todavía se muestran en grandes colecciones son copias de este señor sin que sus dueños lo sepan.
Historia del Correo Aéreo en Cuba. Continuación
Al concluir la I Guerra Mundial, Jaime González Grocier renuncia a su grado militar de teniente del Ejército, ya que en realidad no tenía vocación militar.
De acuerdo con su natural inclinación se propuso establecer en Cuba las primeras líneas aéreas postales en coordinación con el Departamento de Correos.
Realizó, por su cuenta, numerosos viajes a través de todo el país con el fin de comprobar las limitaciones y dificultades para la comunicación.
Con todos esos datos hizo un profundo estudio que le permitió presentar al Director de Correos, coronel Charles Hernández, un pormenorizado proyecto con el fin de establecer líneas aéreas para las seis provincias en que Cuba se dividía entonces.
Desafortunadamente el proyecto de Jaime González no ha sido localizado hasta el día de hoy, sin embargo el Dr. Tomás Terry, historiador del Correo Aéreo en Cuba afirma en su libro homónimo que en 1948 le informaron que el valioso documento pudo haberse extraviado en la mudada del domicilio del piloto cienfueguero, pero por documentos en poder de sus familiares pudo conocer que desde 1919 tenía muy adelantado el proyecto para la organización del servicio postal aéreo nacional y hasta Administración Postal cubana le había prometido la emisión de un sello especial para la correspondencia porteada por ese medio de comunicación.
Continuará.
Buzón del filatelista
Francisco Cariaga
Calle A No. 724 entre 29 y Zapata. C.P. 10400, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba.
Solicita intercambio epistolar y filatélico.
Jesús Rolando Gamboa Delgado
Apartado 1457, C.P. 40100, Matanzas, Cuba.
Desea intercambio de sellos de las temáticas de Faros, Puentes y Torres.
Pablo Elviro Borroto
Apartado 6049, C.P. 10600, La Habana, Cuba.
Desea intercambio amistoso y filatélico con colegas del mundo.
José García Rabadán
Apartado de Correos 762, Santander, España.
Solicita intercambio de sellos en general.
La próxima semana búsquenos en este sitio, Gracias por su contacto.
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