El papalote o cometa: De entretenimiento a instrumento meteorológico
3 de mayo de 2013
|Las cometas o papalotes, como se les conoce en Cuba, tienen su historia.
También se vinculan a la historia de la ciencia, pues estos artificios fueron una vez ―aparte de industrioso y versátil entretenimento―, verdaderas plataformas para la investigación meteorológica, en particlular vinculados al conocimiento de la dirección y velocidad de los vientos y al potencial eléctrico de la atmósfera. Es conocida la historia de Benjamín Franklin y sus experimentos con la electricidad atmosférica que, según se dice, le condujeron a la invención del pararrayos.
Pero sobre la “historia social” del papalote en Cuba hay mcho de interés, cosa que aprendimos del maestro cubano Luis Pérez Espinós, autor de un añejo cual ameno libro de texto para ejercitar la lectura.
Sobre el papalote en la historia de Cuba, escribió Pérez Espinós hace ya casi un siglo:
“Caminaba hace pocas tardes por cierta calle de un barrio de la ciudad, cuando al levantar la vista pude observar que, enredado en un alambre del tendido eléctrico, se hallaba un papalote. Un niño, desde una azotea cercana, tiraba de un hilo tratando de desenredarlo; pero el hilo se rompió y el papalote quedó colgado del alambre. Este incidente me hizo recordar las alegres tardes de mi infancia en que empinar papalotes había sido mi juego favorito, así como la historia del papalote que leí en 1926 el las páginas de los Archivos del Folklore Cubano…”
Y cual si nos enseñara en su clase diaria, continúa diciendo el maestro:
“Según parece el papalote es originario del Asia, inventado por el general chino Hansin, alrededor de unos 2000 años antes de nuestra era. Este oficial, al hallarse sitiado, ideó el papalote como medio de comunicación y para pedir auxilio a sus compañeros que se hallaban a alguna distancia de la plaza. Fuera de la aplicación militar, los chinos dieron variadas formas a los papalotes y de noche les colocaban farolitos que los hacen lucir muy curiosos.
En el Japón hay equipos o clubes de papalotes, como en América los hay de beisbol.
La cometa o papalote ha prestado diversos servicios; antaño, en algunos países, la marinería los construyó en forma de cajones de un metro de largo, y se dice que eran capaces de elevar pesos hasta de 100 libras, por cuya razón un papalote de esta clase podía llevar remolcado hasta la costa un bote y establecer la comunicación en caso de peligro”.
Al papalote se vincula el pararrayos, idea que se atribuye al estadounidense Benjamin Franklin, pues él, una tarde tempestuosa, descargó la electricidad de una nube mediante una cometa o papalote. Como se ha dicho arriba, muchos observatorios también lo usaron para estudiar las corrientes de aire, y su temperatura y humedad.
Y vuelve Pérez Espinós sobre su historia del artificio volador en Cuba:
“Se supone que el papalote fué introducido en Cuba, entonces una colonia perteneciente a España, en tiempos del general Tacón por los emigrantes chinos que traían en realidad para ser sometidos a la esclavitud, so pretexto de estar contratados para las labores agrícolas.
Como en aquella época no existían las diversiones contemporáneas, y las calles eran pocas y malas, la vida se desenvolvía en el hogar; de aquí que el papalote tomara pronto gran incremento como opción de solaz.
Verdaderas luchas se entablaban de azotea a azotea, y los papalotes moviéndose y cambiando buscaban al contrario para ir al embrollo; o bien las afiladas cuchillas de vidrio que se hallaban amarradas al rabo, pasaban rápidamente por el hilo del papalote “enemigo”, el cual caía cortado. Entonces se decía que se había ido “a volina”.
Si embargo, en ocasiones el papalote que sufría el ataque iba provisto de unos ganchos llamados trabillas, que le permitían ir al embrollo, esto es, sacrificarse arrastrando al otro en su caida.
Hubo papalotes de varias clases y su precio fluctuaba entre cinco y cincuenta centavos, pero muchos niños que no tenían dinero para comprar un papalote hacían una chiringa, consistente en una hoja de papel corriente, doblado por las esquinas, recortado por abajo en forma de pico y cogido por tres hilos que forman el frenillo.
Los muchachos de entonces ―hoy más que abuelos y bisabuelos―, sin recursos para empinar un papalote y que no se conformaban con empinar chiringas, hacían una angarilla, dispositivo que consiste en una piedra amarrada al extremo de un cordel y que se empleaba para enredar el hilo de otro para de ese modo capturarlo y sustraerlo.
Tan popular fué el papalote en Cuba en aquellas épocas, que hasta estuvo de moda una canción cuya letra decía: “¿Cómo se empina el papalote?: Dándole vuelta al monigote…”
Poco a poco, el uso del papalote como juego fue decayendo.
Con la intrducción de la electricidad y la aparición de las redes eléctricas y telefónicas se hizo evidente un gran peligro, ya que al enredarse los hilos en los cables de transmisión se producían cortocircuitos, por cuya causa se dictaron severas disposiciones que prohibieron empinar papalotes dentro del perímetro urbano.
Hoy, la televisión, las discotecas, los juegos informáticos y otras diversiones y entretenimentos parecen haber hecho olvidar al papalote, y los muchachos prefieren la emoción de una movida película a la que les proporcionaría empinar un papalote. No obstante, aún puede verse alguna vez en parques o playas un modelo actual de aquellos artificios que tan populares fueron hace muchos años, y que tambíen han hecho su contribución a nuestra cultura y nuestra historia.
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Comentarios
bien el articulo pero bueno tomando que fue escrito en 2013 no me parece que aya desaparecido la tradicion del papalote los invito a que visiten la calle 6ta de camacho un dia de bien aire el viento sopla de w a E por toda la calle hasta subir la loma y se pueden ver mas de 6 paplotes aveces.... la tradicion del papalote no ha terminado