El inolvidable Trío Matamoros (II)

31 de enero de 2019

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Hamilé Rozada Bestard

 

 

Dedicaré mi comentario de hoy a recorrer la trayectoria artística del Trío Matamoros, constituido en Santiago de Cuba, el 8 de mayo de 1925, cuando unieron sus voces, por primera vez, Miguel Matamoros, Rafael Cueto y Siro Rodríguez.

Tan entusiasmados estaban aquellos tres jóvenes, que decidieron continuar juntos y tres años después, en ocasión de visitar la ciudad el gerente de la Víctor, míster Terry, Miguel logró que los escucharan y el resultado fue tal, que se les ofreció un contrato para grabar discos, el primero de los cuales fue realizado en Nueva Jersey en 1928. La obra escogida fue el bolero de Miguel: “Promesa”, pero el primer fonograma que se vendió fue el que tenía por una cara “El que siembra su maíz” y por la otra, “Olvido”, cuyo autor era el mismo, y el cual obtuvo una venta record en Cuba: 64 000 discos. Luego de este éxito, el Trió debutó en La Habana con una acogida extraordinaria y después recorrieron todo el país, instalándose de nuevo en Santiago de Cuba, cosechando aplausos en todas sus presentaciones, hasta que en 1929, realizaron una gira de dos meses por Mérida, Yucatán, y al año siguiente viajaron por segunda vez a Nueva York, más tarde a varias ciudades latinoamericanas y caribeñas y, finalmente a España y Francia.

Es importante aclarar que, además del Trío, Miguel Matamoros fundó y dirigió: Septeto Matamoros, Conjunto Baconao, Cuarteto Maisí y Conjunto Matamoros. Con este último  viajó a México en 1945, ocasión en la que se unió Benny More. Pero las actuaciones del Trío continuaban cosechando éxitos y, en 1956, sus integrantes se convirtieron en artistas exclusivos de la empresa televisiva de la República Dominicana, y los viajes continuaban. En abril de 1958, se presentaron en el cabaret Copacabana de la ciudad de Colón, en Panamá; en la televisión, cabarets y teatros de Caracas, Venezuela y, luego de regresar a Cuba, el 5 de marzo de 1960, emprendieron viaje a Nueva York  y Chicago, donde sólo actuaron en teatros. Fue la última salida al exterior.

El 10 de mayo de 1960, el Trío Matamoros se presentó en el espacio “Jueves de Partagás”, del Canal 6 de la Televisión Cubana, donde se anunció el retiro artístico definitivo. Fue una noche memorable no sólo por la brillante actuación del Trío, sino porque a partir de ese momento, sólo se podrían escuchar sus grabaciones, luego de treinta y cinco años de enaltecer nuestra música popular, dentro y fuera del país. Páginas inmortales quedaron en la memoria histórica de nuestra cultura, entre cuyos títulos, y con la autoría de Miguel, puedo mencionar: El que siembra su maíz; Mamá, son de la loma, La mujer de Antonio, Juramento, Olvido, Mariposita de Primavera, El paralitico, y tantas otras.

Devota admiradora del Trío Matamoros, al que no tuve el privilegio de ver actuar, he sentido la necesidad de realizar estos dos comentarios, como un deber a la memoria de esos tres artistas que se convirtieron en ejemplo a imitar no sólo por su excelencia interpretativa, sino por cultivar un repertorio que representa lo mejor de  nuestra identidad.