El golpe de calor

27 de abril de 2017

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Fernando Gispert Muñoz

 

 

Aunque lo hemos advertido en varias ocasiones, lamentablemente aún recibimos en nuestra consulta animales con golpes de calor.

Este proceso es más que todo un síndrome, no es una enfermedad propiamente dicha y está vinculado a accidentes en animales o personas que quedan expuestos por mucho tiempo a temperaturas elevadas. Sucede cuando la temperatura corporal rebasa los 40°C. En la hipertermia por fiebre el punto de ajuste hipotalámico no cambia y es controlador. Pero cuando la temperatura ambiental sigue elevándose, el mecanismo hipotalámico se descontrola y el calor corporal sube incontroladamente, superando los mecanismos de regulación. Como consecuencia de esto se produce un golpe de calor.

Es común en animales que se quedan amarrados al sol en fincas, azoteas, parques, autos y playas. Los más afectados son caballos, vacas, cerdos y perros. Ocurre igualmente a los animales sanos que realizan un esfuerzo físico intenso, como es el caso de bueyes, caballos de trabajo y perros deportistas.

Los perros, que es la especie que más recibimos en Clínica Veterinaria “Laika”, a menudo llegan cargados por un dueño apurado y lloroso, que olvidó a su animal amarrado en la azotea o el balcón. Los síntomas son aullidos, gemidos, postración, jadeo, temperatura de 40 a 48°C, movimientos involuntarios de los ojos, vómitos, convulsiones, alteraciones del comportamiento, coma y muerte.

La terapia puede ser iniciada por el dueño al momento de encontrar al animal. Mientras se viste y prepara para llevarlo al veterinario, puede ir tomando las siguientes medidas:

Trasladarlo rápidamente a un lugar sombreado, fresco y ventilado.

Aplicar compresas frías en la cabeza, la nuca, el cuello y la ingle. Por allí pasan los vasos sanguíneos superficiales mayores, los cuales enfrían el cerebro y evitan la continuación del daño meníngeo. Puede ayudar mantener la cabeza del animal debajo del grifo abierto en caso de no tener compresas frías…cuidar el ahogamiento…

Rociar el cuerpo con espray a 15°C y abanicar. No permitir congelar la piel, para que el calor interior pueda salir por convección. Si no hay fuentes de refrigeración donde conseguir agua fría y cubos de hielo (como neveras y frigoríficos) se pueden usar mantas húmedas y ventiladores.

Otro método es la inmersión en agua helada, pero debe ser monitoreada por un veterinario ya que puede producir un colapso cardiovascular.

El objetivo es disminuir la temperatura hasta los 39°C.

Es una afección de carácter grave, que debe tratarse como urgencia mediante enfriamiento en menos de dos horas. Puede producir afecciones en muchos órganos. Los más sensibles son el cerebro, la sangre, el hígado y los riñones. La acidosis corporal, hipoglucemia, hiperpotasemia, desintegración muscular e insuficiencia renal irreversible hace que el diagnóstico y la terapia deben ser rápidos, pues la mortalidad puede llegar a un 70%.

En las clínicas veterinarias el profesional instaurará una terapia de urgencia que puede incluir hidratación, lavados cavitarios templados, hemodiálisis, chaleco refrigerante, etc.

Lo más importante del Golpe de Calor es evitarlo. Ser responsable con su mascota en las azoteas, autos, playas y balcones, sobre todo en verano. Mantener su vigilancia constante, con sombra, ventilación, agua fresca, sin alentar esfuerzo físico, con menor cantidad de alimento energético que en invierno, evitando su ingestión en horas calurosas. Por otra parte, la mascota ha de ser considerado como miembro especial de la familia, ya que no es autónomo sino dependiente total de nuestra observancia. Su cuidado no debe recaer sobre niños, ni vecinos, ni discapacitados. Son nuestra entera responsabilidad.