El Festival de La Habana se viste de gala

14 de diciembre de 2016

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Luciano Castillo

 

 

Desde la edición precedente el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano creó un nuevo apartado para aglutinar un selecto grupo de títulos del cine contemporáneo que por uno u otro motivo. Los espectadores deben jerarquizar su visionado en medio de las múltiples y atractivas propuestas programadas en esta edición número 38 al margen de la Sección Oficial en concurso, la riqueza plural del apartado «Latinoamérica en Perspectiva», las muestras por países, el panorama contemporáneo internacional, el de cine documental, la muestra de obras experimentales, los homenajes, las presentaciones especiales. «Galas» presenta en primer término una trilogía de largometrajes de ficción de gran resonancia en certámenes internacionales.

El público asistente a la ceremonia de apertura del Festival de Venecia ovacionó la secuencia inicial de La La Land, del norteamericano Damien Chazelle. El entusiasmo fue in crescendo ante esta propuesta renovadora del cine musical por alguien que nos sorprendió con una película minimalista de gran solidez como Whiplash (2013). Si al ritmo marcado por las baquetas del joven baterista sometido a un tenaz entrenamiento, el cineasta reveló un inusitado pulso para conducir la trama y desencadenar un duelo entre sus dos intérpretes, ahora reivindica con brío uno de los géneros hollywoodenses por antonomasia. La música compuesta por Justin Hurwitz acompaña las aventuras, venturas y desventuras de dos jóvenes soñadores obstinados en la persecución de sus sueños en «la ciudad de las estrellas» donde sucumben las ilusiones y menudean los corazones rotos.

Emma Stone obtuvo la Copa Volpi a la mejor actuación femenina en el certamen veneciano por su personificación de Mia, la aspirante a actriz deseosa de ser escogida en un casting. La película se alzó con el premio del público en el Festival de Toronto. Ryan Gosling la secunda en el papel de Sebastian, el músico amante del jazz que sobrevive en bares de mala muerte. La crítica delira ante el poderoso arranque y la energía narrativa de La La Land. «Es el musical más atrevido de la gran pantalla en mucho tiempo –escribió Owen Gleiberman en Variety–, y eso es porque es el más tradicional. Es un paseo emocionante, ardiente y lleno de sentimiento, pasión, pero también exquisitamente –y a veces excesivamente– controlado».

 

 

Jackie, seleccionado para otra de las funciones de gala, incursión en el cine norteamericano del prestigioso realizador chileno Pablo Larraín (No), repercutió en las reseñas del Festival de Venecia y Noah Oppenheimer figuró en el palmarés en la categoría del premio al mejor guion. Es una aproximación a un momento crucial en la biografía de Jacqueline Kennedy, la primera dama estadounidense: los días que siguieron al asesinato en Dallas, el 22 de noviembre de 1963, del presidente John Fitzgerald Kennedy. Bastan estas opiniones para corroborar la aclamación del debut del director de El club en el cine de habla inglesa: «Extraordinaria en su penetrante intimidad e hiriente en su dolor, Jackie es un retrato notablemente crudo de la icónica primera dama» (David Rooney, The Hollywood Reporter); «Un retrato de una famosa figura trágica mostrado sin una pizca de condescendencia o sensiblería» (Jessica Kiang: The Playlist); «Un intento elegante y muy inteligente de humanizar una leyenda» (Jonathan Romney: Screendaily); «El de Larraín no se atiene a los biopics estándar de Hollywood. Es una visión singular» (Nigel M. Smith: The Guardian).

Para quienes nunca imaginamos en los albores de la carrera de Natalie Portman, que trascendiera más allá de sus personajes juveniles y la reina Amidala de la precuela de Star Wars, no tardó en sorprender por un talento a toda prueba, evidenciado no solo en Closer, de Mike Nichols, My Blueberry Nights, de Wong Kar-wai o Cisne negro, de Darren Aronofsky. Las disímiles emociones y matices que transmite a su caracterización de la viuda del mandatario, inmersa en el torbellino de acontecimientos, le proporcionó ya una nominación para el premio Gotham y para los galardones Independent Spirit, en los que Jackie es candidata además en los rubros de mejor película, director, y edición. No pocos pronostican que tanto ella como la película emprendieron ya su camino hacia el Oscar.

 

 

Solo un realizador con férreas convicciones políticas y una filmografía a tono con sus inquietudes como Oliver Stone (Pelotón, JFK, Nixon…), podía asumir en el cine el antes y el después de la conmoción provocada por la publicación en el 2013 por el diario The Guardian de los documentos clasificados que aportó Edward Snowden sobre el programa secreto de vigilancia mundial de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos. Para filmar Snowden, la crónica de los sucesos en que se vio envuelto este contratista de seguridad incapaz de permanecer callado por más tiempo frente a sus insólitos descubrimientos, Stone no solo tomó como punto de partida el largometraje documental Citizenfour, de Laura Poitras, el libro The Snowden files. The inside story of the world’s most wanted man, de Luke Harding, y otro volumen escrito por Anatoly Kucherena, el abogado ruso de Edward Snowden, sino que lo visitó varias veces en Moscú. Su propósito era lograr una recreación lo más fidedigna posible de las motivaciones que condujeron a este hombre a abrir los ojos del mundo, sin temer a cerrar las puertas de su propio futuro, renunciar a su carrera, a su novia de toda la vida y a su patria. Especial reconocimiento amerita el actor protagónico Joseph Gordon-Levitt en un filme impactante capaz de evocar por su fuerza los mejores títulos de la filmografía de Stone, quien presentó Snowden dentro de la Sección Oficial (fuera de concurso) del 64. Festival de San Sebastián.

 

El rock también vestido de gala

El azar contribuyó a la convergencia en esta edición de un tríptico de documentales en torno a dos míticas agrupaciones británicas The Beatles y The Rolling Stones, en los que nos detenemos.

¡Cuántos filmes protagonizaron los integrantes del célebre cuarteto de Liverpool! Tras las tentativas pioneras de Richard Lester por registrar en celuloide su impronta en dos delirantes películas de culto: A Hard Day’s Night (1964) y Help (1965), se multiplicaron los largometrajes en torno a cada uno de sus miembros, desde el trágicamente desaparecido John Lennon a la singularidad de George Harrison. Pero mientras entre los años 1963 y 1966 de la llamada «década prodigiosa», ellos recorrían en una gira numerosas ciudades para ofrecer conciertos que alcanzaron el total de 250, no pocos aficionados, provistos con sus cámaras de 8 y 16 mm, en blanco y negro o color, según el presupuesto disponible, filmaban las incidencias de aquellas actuaciones que formarían parte de la historia individual y de la Historia del rock. Convocar a todos los que quisieran aportar ese testimonio valiosísimo e inédito, fue la génesis del largometraje británico The Beatles: Eight Days a Week–The Touring Years estructurado con esas filmaciones y entrevistas a John, Paul, Ringo y George, reveladoras de las interioridades de la agrupación y sus vínculos. Para esta nostálgica rememoración fue contratado el conocido realizador norteamericano Ron Howard (Cocoon, Apollo 13, A Beautiful Mind), que contaba con poco más de catorce años cuando disímiles causas condujeron a la desintegración del cuarteto que marcó más de una época.

 

 

Coincidió la fase final de postproducción y estreno de The Beatles: Eight Days a Week…, con la gira emprendida por los veteranos miembros de The Rolling Stones a lo largo de América Latina, que culminara con un histórico concierto en La Habana el 25 de marzo del 2016. Paul Dugdale sintetizó ese recorrido de la banda liderada por Mick Jagger, toda una fuerza de la naturaleza sobre el escenario, en dos largometrajes: The Rolling Stones Olé Olé Olé!: A Trip Across Latin America y The Rolling Stones: Havana Moon, programados también en la sección «Galas». El escepticismo inicial acerca de la capacidad de los terrenos de la Ciudad Deportiva desapareció ante la sorprendente cifra de millón y medio de admiradores de Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood que concurrieron ante esta oportunidad excepcional para escuchar en vivo números legendarios como Satisfaction, Gimme Shelter, Brown Sugar o Jumpin, Jack Flash, entre muchos otros.

 

 

Paralelo al despliegue de Dugdale al frente de su equipo profesional provisto de los equipos más sofisticados para aprehender la tormenta desencadenada por los músicos y las reacciones del enfebrecido público, el cineasta cubano Eduardo del Llano tomaba con una modesta cámara lo que acontecía a su alrededor. El resultado, para el que consiguió incorporar las imágenes captadas por otros diecisiete asistentes al concierto desde los más diversos ángulos, es el corto Stones pà ti, crónica criolla de esa noche memorable, incluida por el festival en los títulos en torno a la cultura de la sección «Latinoamérica en Perspectiva», que también recomendamos.