El contratenor
11 de noviembre de 2016
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El pasado mes de octubre, se realizó la premiación del segundo concurso de contratenores, auspiciado por la Oficina del maestro Leo Brouwer, único de su tipo en el mundo. Por la importancia que reviste tal evento, y por el desconocimiento que existe sobre esta voz excepcional y privilegiada, hoy dedicaré mi comentario al contratenor.
Luego de conversar con el ganador del Primer Premio, el joven de 23 años Lesby Bautista, y con el miembro del jurado Ubaíl Zamora, contratenor y profesor de la Universidad de las Artes (ISA), comprendí que era necesario escribir sobre esta voz, ya que hasta el Diccionario Oxford de la Música, está lleno de errores.
El contratenor se dio a conocer en la Edad Media, lo mismo que el castrato, y ambos sustituyeron a las voces femeninas, ya que a las mujeres les estaba prohibido participar en los coros. Pero mientras los castrati eran el resultado de la castración, para mantener la voz blanca infantil aunque con mayor volumen, los contratenores no necesitaban de ese método, porque sus cuerdas vocales poseían características particulares.
Aunque la voz de falsete no es la de contratenor, ya que el primero solo utiliza la parte inferior de sus cuerdas vocales para cantar, muchos falsetes, como es el caso en Cuba del Ignacio (perteneciente al primer cuarteto “Los Zafiros”) son contratenores.
En sus inicios, el repertorio para contratenores era reducido y con frecuencia ellos asumían las partituras escritas para castrati, cuya práctica se mantuvo durante el siglo XVIII, y entre cuyos nombres el más difundido es el de Farinelli, de quien, incluso, se realizó una película donde se teje una historia trágica que, al menos yo, pienso que es producto de la ficción.
Ya en el período barroco, compositores como Händel crearon partituras donde se incluye la voz de contratenor. En sus oratorios y óperas, Handel le imprime importancia, motivado tal vez porque él mismo poseía esa voz, y solía cantar. Más tarde, Benjamin Britten compuso la ópera “Sueño de una noche de verano” (homónima a a obra de Mendelssohn), donde el contratenor tiene una participación relevante.
En la actualidad, la voz de contratenor se incluye como especialidad dentro de la enseñanza del canto, y la misma aparece en las partituras junto a las habituales: soprano, mezzo-soprano, contralto, tenor, barítono y bajo. Incluso, dentro de ella existen las categorías: tenor, barítono y bajo. El ganador del concurso auspiciado por la Oficina de Leo Brouwer, Lesby Bautista, pertenece a la primera categoría
Respecto al repertorio actual, podemos asegurar que es amplio, pues hoy día existen muchos contratenores en el mundo, un ejemplo de ello fue la participación destacada de tres mexicanos en el mencionado concurso realizado en Cuba. Incluso, la Camerata Vocal “Sine Nomine”, cuenta con tres cubanos de excelencia.
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