El caracol púrpura, el garo y los asentamientos romanos en Canarias
17 de mayo de 2013
|Una noticia ha recorrido Islas Canarias: el descubrimiento de un yacimiento que pudiera ser el primer asentamiento estacional de una población romana en la isla de Fuerteventura específicamente en el Islote de Lobos y que data de un periodo enmarcado entre los siglos I a.C. y II d.C.
¿Qué hechos sustentan tal suposición?
Los primeros sondeos permitieron identificar, entre otros materiales, numerosos fragmentos de conchas del caracol Thais haemastoma, la que popularmente se conoce como púrpura, también carnadilla. Es un molusco utilizado en el período imperial romano para la elaboración de la púrpura, un valioso tinte.
Los miles de fragmentos de T. haemastoma encontrados, apuntan a la existencia en el Islote de Lobos de una factoría de púrpura. Los fragmentos hallados estaban fracturados siguiendo un mismo patrón, hecho este asociado a una manipulación intencionada y estandarizada que hubiera permitido extraer la totalidad de la púrpura.
Hasta ahora sí se habían localizado en Canarias de forma puntual otros restos de cerámica de torno relacionada con las culturas clásicas del Mediterráneo, pero la singularidad del yacimiento en el Islote de Lobos radica en que la cerámica aparecería ya contextualizada en un emplazamiento concreto y con actividad también relacionada con la obtención de tintes para su posterior comercialización.
Además, también podría ser otra de las justificaciones de la presencia romana en el Islote de Lobos, la producción de garum (una conserva realizada a base de pescado) que dio origen a una rica industria de salazón que era comercializada por todo el mundo púnico, griego y romano.
¿Pero qué son la “púrpura” y el “garum”?
Púrpura es el color complementario de los que se perciben como consecuencia de la fotorrecepción de una luz cuya longitud de onda dominante mide entre 555 y 565 nm. Se asemeja al color producido por la oxidación de la tinta de los moluscos del mismo nombre, entre estos Thais (Stramonita) haemastoma. El mucus procedente de la glándula hipobranquial de esta especie de muricido y de muchísimas otras especies también pertenecientes a la familia Muricidae, se empleaba en la elaboración de la Púrpura de Tiro o Púrpura real.
¿A qué se llama Púrpura de Tiro o Púrpura Real? Es un tinte que se utilizaba en la tinción de las prendas de la realeza y túnicas ceremoniales.
El lexicógrafo griego Julio Pólux, que vivió en el siglo II a. C., afirmaba que el tinte púrpura fue descubierto por el dios fenicio Heracles, el guardián de la ciudad de Tiro, o mejor dicho, por su perro, cuya boca se tiñó de púrpura al masticar caracoles. Su compañera, la hermosa ninfa Tiro, declaró que solo se acostaría con el dios si vestía una prenda teñida del mismo color. Heracles no tuvo más remedio que acceder a ello y así nació el famoso tinte Púrpura de Tiro.
En los caracoles mencionados, el fluido precursor del tinte es inicialmente blancuzco, se extraía rompiendo o prensando los caracoles, y por efecto del aire y de la luz cambiaba de color, pasando a ser amarillo pálido, luego verde, luego azul y finalmente púrpura; el color final del tinte era inalterable ante la luz. La propiedad del tinte de no decolorarse, lo hacía un artículo comercial de lujo, muy preciado por los romanos.
Cada molusco no daba más que una gota de tinte, por lo que la obtención de treinta gramos de esta sustancia demandaba la muerte de unos 250 000 caracoles (una onza, unos 28g) justificando esto el elevadísimo precio de los paños teñidos de púrpura.
Tan costosa era la Púrpura de Tiro que uno de los historiadores griegos más importantes del siglo IV a. C., Teopompo, describió: “En Colofón (Asia menor), la púrpura para los tintes valía su peso en plata”.
En el siglo III a.C., la púrpura de Tiro era más valiosa que el oro: un kilo costaba tres veces el salario anual de un panadero romano.
Según Plinio el Viejo en su obra Historia Natural, dijo que “El Púrpura de Tiro… se considera de la mejor calidad cuando tiene exactamente el color de la sangre coagulada, y es de un tono negruzco a la vista, pero de un aspecto brillante cuando se mantiene a la luz, por lo que encontramos que Homero habla de sangre púrpura”.
Datos arqueológicos de Tiro indican que los caracoles eran reunidos en grandes tinajas para que se descompusieran. Esto producía un hedor insoportable, que ha sido mencionado por los antiguos autores. Se conoce poco acerca de los siguientes pasos del proceso, y el método antiguo para la producción en masa de los tintes aún no ha sido reconstruido exitosamente.
En la naturaleza, los caracoles usan la secreción como parte de su comportamiento depredador, pero el caracol también segrega esta sustancia cuando se siente amenazado o es atacado físicamente.
En mayo de 2007 se publicó la noticia de que en el puerto de Andriake, en la antigua ciudad de Myra, hoy llamada Demre, en Turquía, se encontraron millones de caracoles. Lo que obliga a pensar que allí se fabricaba el tinte púrpura. En un estudio arqueológico publicado en la revista Oxford Journal of Archaelogy, los investigadores dijeron haber encontrado en el puerto 300 metros cúbicos de sedimentos del siglo VI formados por conchas de caracoles; lo que significaba haber usado nada menos que unos 60 millones de animales. Curiosamente, las conchas eran de tamaño muy pequeño, lo que lleva a pensar en una sobreexplotación de sus capturas que pudo acabar con la especie en aquellas tierras.
Una forma mejor de extracción del tinte y mucho más amigable con los caracoles: El tinte del caracol Plicopurpura pansa, también de la familia Muricidae es utilizado por los tintoreros de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, México; ellos viajan a la costa durante el invierno para teñir sus madejas. Una vez localizada la colonia de moluscos pegados a las rocas, se sumergen los hilos en el agua del mar, se desprende el caracol de las rocas y se le sopla, después de lo cual el animal desprende un líquido que se embarra en las madejas. El líquido es incoloro, pero por el proceso de oxidación se torna amarillo, luego verde y finalmente púrpura. El molusco se devuelve a su lugar y puede “ordeñarse” después de un mes. Es un color resistente y duradero que deja en los hilos un ligero olor marino. El tinte de caracol sólo se puede aplicar al algodón hilado a mano ya que el hilo industrial tiene un aderezo y el algodón mercerizado está sometido a un tratamiento químico; ambos impiden la penetración y fijación del color.
Actualmente 19 artesanos mixtecos de Pinotepa de Don Luis están autorizados por la autoridad en materia ambiental para el aprovechamiento del tinte del caracol púrpura, por lo que se han incorporado a un esquema de sustentabilidad para la conservación de la especie, como parte del trabajo del Parque Nacional Huatulco, sitio donde este molusco se encuentra protegido. El Caracol Púrpura, es una especie emblemática del Parque Nacional Huatulco (área natural protegida de carácter federal, decretada el 24 de julio de 1998), se encuentra en la categoría de riesgo: Sujeta a Protección Especial en la NOM-059-SEMARNAT-2001.
El principal componente químico del colorante tirio fue descubierto en 1909 por Paul Friedländer, siendo el 6,6′-dibromoíndigo, una sustancia que había sido sintetizada previamente en 1903. No obstante, ésta nunca ha sido sintetizada comercialmente.
¿Qué es el garum?
El garo (del latín garum), es una salsa de pescado hecha de vísceras fermentadas de pescado que era considerada por los habitantes de la antigua Roma como un alimento afrodisíaco, y solamente era consumido por las capas altas de la sociedad. Los romanos emplearon el garo de forma semejante a como hoy en día emplean en las cocinas asiáticas la salsa de soja.
Era una salsa que, mezclada con vino, vinagre, sangre, pimienta, aceite o agua, servía para aliñar otros manjares. El garo se utilizaba fundamentalmente para condimentar o acompañar gran cantidad de comidas, en lugar de verter unos granos de sal sobre la comida, se ayudaban del garo para proporcionar un sabor salado a los alimentos. También se usó en medicina y cosmética.
Hoy en día se sabe de su composición por las descripciones confusas y ambiguas de Apicio (gastrónomo romano del siglo I d. C) en la obra a él atribuida “De re coquinaria, cuyas páginas constituyen una fuente invalorable para conocer la gastronomía del mundo romano.
Aún hoy se pueden ver varias factorías romanas de fabricación de garo en España, por ejemplo en el término municipal de Tarifa o en la ciudad de Carteia, en el municipio de San Roque (Cádiz, España), donde se observan cerca del foro, metidas en tierra, grandes ánforas donde se fabricaba el garo que luego se exportaba a Roma, y que tenía gran prestigio. La ciudad de Málaga y otras localidades de la Costa del Sol, con una amplia colección de yacimientos de antiguas factorías de garo nos demuestran la importancia que esta industria tuvo en la zona. También en las Islas Baleares se producía gran parte del garo que se consumía en Roma.
El estudio de estos yacimientos concluyeron que el boquerón era la principal especie usada en la elaboración del garo seguido de la sardina, jurel, liza, caballa, rodaballo y atún rojo.
Las costas de la denominada Mauritania-Tingitana (Fue una antigua provincia romana situada en el extremo occidental de la costa africana del mar Mediterráneo. Se correspondía aproximadamente con la parte noroeste del actual Marruecos (abarcando también las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y las plazas de soberanía en el norte de África). Limitaba al este con Mauritania y al oeste con el océano Atlántico), tenían una potente industria de púrpura, así como de garo, por lo que debido a su cercanía con Canarias, se podría esperar, en teoría, que también estas industrias estuvieran establecidas en las islas. En este sentido, la situación estratégica del archipiélago canario facilitó el establecimiento de las rutas comerciales de navegación atlántica.
Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla
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