El burro Pancho de Mayabe
4 de junio de 2020
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Conocí a Mayabe, punto cercano a la ciudad de Holguín, aun antes de que se instalara primeramente “un mirador” y después que asumió la función de destino turístico nacional y más tarde, internacional. Antes de 1959 había sido una especie de gran jardín cultivado afanosamente por un ciudadano norteamericano radicado en el lugar que entre otras cosas plantaba flores.
La comarca en si se encuentra a unos escasos 6 u 8 kilómetros del centro de la ciudad de las Romerías de Mayo. Indistintamente el entorno se conoce como Mayabe o Cayo de Mayabe, que a la larga parece ser lo mismo.
El 16 de abril de 1960, en lo alto de un cerro de no mucha altura a un costado del valle circundante, se inauguró una instalación recreativa con el nombre de Mirador de Mayabe para disfrutar el sorprendente paisaje que se mostraba esplendente a los ojos de curiosos espectadores que lo visitaban. En sus inicios contaba con un ranchón para la venta de algunos platos tradicionales y cerveza. Con el tiempo se amplió el comedor, se construyeron cabañas en forma de caneyes, piscina, nuevas confortables cabañas y motel, adquiriendo de esa manera una dimensión y escala mayor. Todas esas facilidades lo han convertido en uno más de los múltiples parajes de entretenimiento y disfrute para turistas tanto nacionales como extranjeros que pululan a lo largo y ancho del país. ¿Pero cuál ha sido la particularidad que le ha dado una mayor connotación que otros similares?
La curiosidad principal que lo ha catapultado hasta cierta fama no solo radica en las ofertas culinarias y de recreación que están a la orden del día en la faena diaria del establecimiento. Un acontecimiento fortuito producido con la aparición de un burro del vecindario que cierto día se acercó a la sitiería y fue tentado y contagiado por algunos clientes a tomar cerveza a pico de botella. El susodicho fue bautizado con el nombre de Pancho, adquirió por derecho propio un local al lado del bar, para desde allí asombrar a todos los visitantes con su afición insaciable de cervecero mayor.
Para confeccionar y apuntalar estas cápsulas que de manera directa –o a veces indirectamente– tocan el tema de la gastronomía, me auxilio de fuentes fiables que estén en línea con mi idea. Para la ocasión, acudo a un artículo –Mirador de Mayabe en luna nueva– del diario local Ahora, escrito por Lourdes Pichs Rodríguez el 15 de abril de 2019, a partir de entrevistas a empleados del sitio.
“Surgía así, un “sábado de gloria” y luna nueva y sin muchas pretensiones de llegar a ser lo que es hoy: uno de los más simbólicos centros turísticos de Holguín: el Mirador de Mayabe, que con el paso de los años devino en celebridad dentro de Cuba y fuera de fronteras por su entorno, gastronomía y el burro que toma cerveza. Y es, precisamente, esta rareza, la del asno bebedor de cerveza a pico de botella, la que le ha otorgado mayor popularidad a la Villa Mirador de Mayabe, perteneciente al Grupo hotelero Islazul. De ahí la existencia del Burro de Mayabe, ejemplar de 18 años de color zaíno oscuro y unas seis cuartas de altura, muy manso y amable, que lo iniciaran en las lides de “borrachín” …Pancho un día de fiesta llegó a tomar 46 cervezas, récord que ninguno de otro de los tres sucesores lo han roto… Murió el 20 de noviembre de 1992. Ahora tenemos a Pancho VII, quien da sus primeros pasos en la afición por la cerveza… Hasta ahora lo más que ha bebido son siete frías en un día”.
Así en estas cortas líneas, encuadro y homenajeo muchos recuerdos del recorrido a pie hasta Mayabe, su fascinante mirador, y mención particular al especial Pancho Primero (el original) como testigo que fue de las largas tertulias gastronómicas con familiares y amigos en ese acogedor ambiente.
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