El buen romero
9 de enero de 2015
|Un planta que en el lenguaje de las flores es símbolo de la buena fe y la franqueza. El romero o Rosmarinus officinalis es una especie del género Rosmarinus cuyo hábitat natural es la región mediterránea, el sur de Europa, el norte de África, e incluso se le encuentra en Asia Menor y en Suramérica.
Sus hojas pequeñas y abundantes, de forma linear, así como sus flores, son por lo general las partes útiles de la planta, la cual es muy rica en principios activos de los que se derivan sus múltiples aplicaciones terapéuticas y farmacológicas.
Con el aceite esencial que se extrae directamente de sus hojas se prepara el alcohol de romero, el cual se utiliza para prevenir las úlceras y para tratar los dolores reumáticos y las lumbalgias. Este mismo alcohol también puede utilizarse en fricciones como estimulante del cuero cabelludo en los casos de caída del cabello o alopecia. La infusión de las hojas de romero alivia la tos, es buena para el hígado y permite controlar los espasmos intestinales. Con estos fines debe tomarse antes o después de las comidas.
Al romero se le atribuyen propiedades estimulantes, aperitivas y digestivas, actuando tanto como colerético sobre el hígado, como colagogo en la secreción de la vesícula biliar. Su contenido en aceite esencial le confiere una acción tónica y estimulante sobre el sistema nervioso y circulatorio y de ligero emenagogo. Usado externamente es antiséptico, analgésico, cicatrizante y estimulante del cuero cabelludo.
La forma más tradicional para la administración del romero es en forma de tisana. Para prepararla se coloca una cucharada sopera de hojas de romero en medio vaso de agua hirviente y se deja reposar durante diez minutos. Posteriormente se filtra, se añade una pizca de miel o se endulza al gusto y se toman hasta dos tazas al día, tanto en ayunas como antes o después de las comidas, con lo que se consigue un efecto carminativo, colerético y colagogo.
La decocción de romero, útil para aplicar en afecciones de la piel como llagas y heridas, se prepara añadiendo 40 gramos de flores en un cuarto de litro de agua y dejando hervir durante diez minutos. El líquido obtenido se aplica en masajes sobre las zonas afectadas.
Las hojas de romero, tanto frescas como secas, también se pueden emplear en la cocina para preparar asados, guisos, sofritos, sopas y salsas, recetas en las que proporciona un aroma muy particular. Así mismo, con fines decorativos, la planta con sus flores también puede ser usada en interiores para aromatizar las habitaciones de la casa debido al agradable aroma que desprende.
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