El botiquín del hogar
3 de septiembre de 2019
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Como cualquier artículo de primera necesidad, los medicamentos forman parte del inventario de productos que habitualmente se guardan en el hogar para uso de los miembros de la familia. Ya sea para emplearlos de forma crónica o en situaciones de emergencia, siempre hay un número de fármacos y productos de curación que se almacenan en diferentes sitios de la casa.
Por la estrecha relación que existe entre la conservación de los medicamentos y su calidad, eficacia y seguridad, el almacenamiento de productos medicinales en el hogar se ha ido convirtiendo en una etapa de alto riesgo dentro de su ciclo de vida. Es por ello que la vigilancia y la educación de los pacientes son tareas de primer orden para evitar muchos de los errores que a menudo se cometen.
Una de las primeras cuestiones en las que se precisa instruir a los pacientes es sobre el sitio idóneo en el que instalar el botiquín en el hogar. Este debe ubicarse en un lugar de la casa con temperatura y humedad poco elevadas y protegido de la luz.
El botiquín puede ser un armario, una gaveta, una cajuela o cualquier otro espacio físico destinado para este fin. Sin embargo, es muy importante que pueda estar siempre cerrado para que quede fuera del alcance de los niños.
Otro punto de atención en el que se debe brindar orientación a los pacientes es el mantenimiento del botiquín. Los medicamentos y demás productos sanitarios se deben conservar en sus envases originales junto a sus prospectos. Como mínimo dos veces al año, se realizará una revisión completa para retirar aquellos productos que ya estén caducados o que muestren cualquier señal de deterioro.
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