El amor: fuente de motivación en la vida de José Martí

4 de febrero de 2021

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Víctor Pérez-Galdós Ortíz

 

 

José Martí le dio una especial connotación al amor en su vida en sentido general.

Precisamente en una emotiva carta que le escribió desde Cabo Haitiano, el 9 de abril de 1895, él le señaló a la joven María Mantilla, a la que quiso como a una hija: “Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento y respeto.”

En diversos trabajos periodísticos, así como en otras misivas y en sus poemas Martí hizo referencia en reiteradas oportunidades al significado que le atribuyera a la existencia del amor como fuente de motivación para el desarrollo de la propia vida.

En su obra y prédica se pueden hallar definiciones conceptuales expuestas en torno a ese vocablo tan lleno de significación para la humanidad.

Él precisó que no sabe de la delicia del mundo el que desconoce la realidad de la idea y la fruición espiritual que viene del constante ejercicio del amor.

Martí también señaló que la capacidad de amar es el verdadero pergamino de nobleza de los hombres.

Además él detalló, en este caso en un trabajo publicado en la Revista Universal, de México, en la edición correspondiente al 9 de marzo de 1875: “El amor es la excusa de la vida.”

Para Martí el amor crece, crece como los pinos, crece como las palmas y desde lo alto de él se ve pequeño el mundo.

Martí fue categórico al plantear otra consideración con respecto a ese bello sentimiento que entrelaza y enriquece a los seres humanos y a los pueblos en general, en un trabajo titulado Pete Cooper, publicado en La Nación, de Buenos Aires, el 3 de junio de 1883.

Aseguró en el citado trabajo: “Sólo una llave abre las puertas de la felicidad: Amor.”

A su vez en la sección En Casa, que insertó en el periódico Patria, el dos de julio de 1892, comentó que con el amor renace la esperanza, mientras que en otro material de la citada publicación, el 8 de septiembre de 1894, en el trabajo titulado Libro Nuevo, afirmó: “Sólo el amor construye. Hiere, y saca sangra los hombres para amasar con ella los cimientos de su felicidad.”

Como hombre de gran sensibilidad actuó motivado por el amor y su vida tuvo una correspondencia plena con lo que fuera plasmando a través de sus escritos, cartas, poemas y discursos.

El 29 de abril de 1893, en la dedicatoria publicada en el trabajo “El Álbum de Clemencia, en el periódico “Patria”, Martí expuso este principio: “La única verdad de esta vida, y la única fuerza, es el amor. En él está la salvación, y en él está el mando. El patriotismo no es más que amor. La amistad no es más que amor.”

En su obra poética Martí igualmente incluiría algunas definiciones conceptuales en torno al amor.

Ejemplo elocuente de ello es el poema que titulara “Sin amores”, reflejado en la Revista Universal, de México, el 14 de marzo de 1875, en el que expresó:

Amor, ¡es más que amar! ¡Aún se ama, luego

          Que se ha apagado de la vida el fuego.

Y agregó en el citado poema:

Se ama cuando en el ser fortalecido

 Por besos de mujer, el Sol se enciende

 Cuando en cielos de paz, la luna esplende;

 Cuando en el corazón está dormido

 De dolor el dolor, que a veces, tanto

 Sufre mi corazón que llora el llanto

 Y hasta el dolor se siente adolorido!

En sus Versos Sencillos, grupo de 46 poemas que escribió en 1890 cuando se hallaba en una zona montañosa cercana a Nueva York reponiéndose de problemas de salud, y que fueron editados en un libro al año siguiente, Martí hizo alusión al amor.

Por ejemplo en la parte inicial del vigésimo sexto poema, conformado tan sólo por dos cuartetas, manifestó:

 

 

 

 

Yo que vivo, aunque me he muerto,

Soy un gran descubridor,

Porque anoche he descubierto

La medicina de amor.

Asociado con el desarrollo de la propia vida Martí no concibió el amor como algo

estático sino como un proceso evolutivo y así en emotivas palabras dirigidas a su querida hermana Amelia al hacer referencia a este noble sentimiento le expuso en una carta que le escribió desde Nueva York en 1880: “El amor, como el árbol, ha de pasar de semilla a arbolillo, a flor y a fruto.”

Tampoco Martí circunscribió tan sólo el amor a la relación que propicia la unión de una pareja e interrelaciona a los hombres y a los pueblos, sino que también resaltó la relevancia del amor a la familia, a la naturaleza, a la Patria, a la Humanidad y a la propia obra creadora de los seres humanos.

Por ejemplo en su drama en verso “Abdala” publicado en el primer y único número del periódico “La Patria Libre”, el 23 de enero de 1869, al destacar la relevancia del amor hacia la Patria, expresó:

El amor, madre, a la patria

No es el amor ridículo a la tierra,

Ni a la yerba que pisan nuestras plantas

¡Es el odio invencible a quién la oprime

Es el rencor eterno a quién la ataca!”

Resulta algo muy significativo apreciar que conceptos tan profundos fuera Martí capaz de expresarlos cuando era prácticamente un adolescente puesto que esta obra él la concibió y escribió sin todavía haber cumplido los 16 años.

Igualmente Martí habló y o escribió con posterioridad acerca del amor y la amistad de incluso precisó la diferencia que establecía entre ambos vocablos.

 

 

 

En un trabajo publicado por “La Opinión Nacional”, de Caracas, Venezuela, el 19 de mayo de 1882, señaló al respecto: “El amor es superior a la amistad en que crea hijos. La amistad es superior al amor, en que no crea deseos, ni la fatiga de haberlos satisfecho, ni el dolor de abandonar el templo de los deseos saciados por los deseos nuevos.”