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El Acueducto de Albear (II)

26 de noviembre de 2024

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4-Acueducto-de-Albear.-Foto-de-la-WEb

 

Fue el primero que tomó sus aguas del manto freático, por medio de pozos, y que por ello garantizó un mínimo de higiene a los vecinos de La Habana. Fue oficialmente llamado de Isabel Segunda, y con toda justicia recibió, desde 1887, el nombre de su constructor: de Albear, quien por desgracia no llegó a ver su obra terminada.

Es considerada por los especialistas como una de las más importantes en su género en todo el mundo durante el siglo XIX.

Su historia es la historia de la maestría profesional, el empeño y la virtud del ingeniero habanero Francisco de Albear y Fernández de Lara, quien nació en La Habana el 11 de enero de 1816.

Su Memoria sobre el proyecto de conducción a La Habana de las aguas de los manantiales de Vento, constituye un documento trascendental en la memoria de la ingeniería cubana.

La hazaña de llevar el agua por gravedad exigió un riguroso estudio topográfico de la zona, el cual pudiera convertir en realidad ese sueño de maravilla de la ingeniería cubana.

Dicho proyecto recibiría Medalla de Oro en la Exposición Universal de Paris, de 1 878, donde fue considerado como una Obra Maestra de la Ingeniería. Fue distinguido por la Sociedad de Ingeniería Civil cubana como una de las siete maravillas de la especialidad en la Isla. Semejante construcción tiene motivos más que suficientes para figurar en un registro que prestigian el paradigmático túnel de La Habana y el puente de Bacunayagua. Lo acredita un servicio enhorabuena dilatado que aún hoy garantiza, en nuestra capital, el abasto de agua a casi el 15 por ciento de su población.

A la realización de su acueducto, el ingeniero Albear dedicó 37 años de su vida, en lucha constante contra sus enemigos, que no fueron pocos. Entre ellos se cuentan: la falta de fondos para mantener los trabajos y el mal tiempo que los retrasó, resolviendo a cada paso numerosos problemas técnicos que aparecían a medida que avanzaba el canal de Vento, que llevaría las aguas hasta las inmediaciones de la ciudad.

 

3-Acueducto-de-Albear.-Foto-de-la-WEb

 

Dicen que Albear trabajaba hasta el agotamiento, y a pie de obra contrajo el paludismo, lo que le causó la muerte y le impidió ver su obra finalizada.

Francisco de Albear y Fernández de Lara falleció en La Habana, el 23 de octubre de 1887. A su muerte lo sustituye como director de obras Joaquín Ruiz y Ruiz. En 1897 se termina la construcción de tan ansiado Acueducto, que como muestra de agradecimiento, es llamado de Albear, en lugar de Isabel Segunda, como fue previsto.

Cada año, el 11 de enero, natalicio de don Francisco de Albear y Fernández de Lara, los ingenieros cubanos celebran su Día, como homenaje al principal impulsor del Acueducto que lleva su nombre.

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