Efectos paradójicos de los medicamentos

29 de mayo de 2015

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Diana García García

Todos los medicamentos se administran buscando en el individuo efectos curativos, paliativos, preventivos o con fines diagnósticos. Sin embargo, existen otros efectos incluidos dentro de los “no deseados”, que deben ser considerados tanto por el médico al indicar el tratamiento, como por el paciente al reconocerlos y saber cómo actuar frente a ellos.
Estos son los efectos paradójicos, los cuales no se reconocen como una extensión de la acción del medicamento y precisamente porque no pueden ser explicados por su mecanismo de acción, es que reciben este nombre.
Un ejemplo típico de efectos paradójicos es el de las benzodiazepinas. Este grupo de fármacos entre los que se incluyen especialidades farmacéuticas como el diazepam, el medazepam y el clorodiazepóxido, se emplean en la terapéutica clínica por su capacidad de producir un efecto sedante al actuar sobre el sistema nervioso central.
Sin embargo, dentro de sus efectos paradójicos se encuentran otros también a nivel del sistema nervioso, que resultan contradictorios respecto al efecto hipnosedante antes citado. Entre estos se citan irritación, inquietud, hostilidad, paranoia, cuadros hipomaníacos, ideas suicidas y el incremento de las crisis convulsivas en individuos epilépticos.
Ante la posibilidad de que durante un tratamiento farmacológico puedan aparecer este tipo de efectos, el paciente debe ser debidamente informado para que pueda reconocerlos en caso de presentarse y consulte con su médico la conducta que debe seguir.