Educar las emociones
28 de marzo de 2014
|La educación es asunto serio y educar a los hijos les digo con seguridad que es el reto más importante en el que los embarcamos aquellos que decidimos dar vida a otros seres humanos, y por mucha teoría que se sepa, la praxis es el criterio de la verdad, o lo que es lo mismo, hay que tener hijos para saber que es más fácil pasar el Niágara en bicicleta. Nos tenemos que ocupar de los aspectos materiales; comida, ropa, casa, etc., etc. y de los espirituales, escuela, educación formal, valores éticos y muchos más porque la vida espiritual es muy compleja, pero yo les pregunto ¿Educan las emociones? Y no hablo del beso en la mejilla y del abrazo de felicidad, ni del consabido “los hombres no lloran” y “la mujeres son más femeninas cuando expresan lo que sienten”, sino que estoy hablando en serio, de la habilidad de comprender los sentimientos propios, conocer los ajenos y utilizarlos para guiar nuestros actos y pensamientos., porque esto y no solo la expresión de los afectos es la verdadera educación y desarrollo útil y beneficioso de las emociones o lo que es lo mismo; hacerlos emocionalmente inteligentes, lo cual no significa para nada manipular a los demás, porque a veces se malinterpreta, aunque no descarto que hay quienes son emocionalmente inteligentes y lo manifiestan en el manejo de los otros a conveniencia personal, la diferencia está en algo vital; los valores éticos morales que tenemos y que guían nuestra conducta. Pero adentrémonos en el tema, y como siempre les digo, yo no tengo la verdad absoluta ni existen recetas para la vida, así que solo les voy a dar algunas sugerencias a utilizar en la educación emocional de los hijos que las aprendí de un test de inteligencia emocional para padres que lamentablemente no está firmado por su autor, por lo que no lo puedo citar. Además de lo que todos sabemos sobre los afectos, o sea la expresión externa de estos, y de la vivencia afectiva, o lo que es lo mismo, lo que sentimos por dentro hay otras cosas importantes a tener en cuenta: No se deje llevar por prejuicios sexistas de que los varones son más machos si expresan pocos sus afectos y para las niñas es todo lo contrario, además de esto les recomiendo que ante situaciones graves o ante problemas que existan en la familia no le mienta a los hijos aunque sean pequeños, sino sean realistas y díganles la verdad, porque ellos son más flexibles que los adultos y se benefician con la realidad. También reconozcan como padres sus defectos así como sus atributos positivos ante los hijos, y así serán más confiables para ellos. Sea partícipe de todas las actividades que desarrolla su hijo dentro y fuera del hogar de una manera u otra, fomentando la comunicación con otras personas y así se le resta tiempo a actividades solitarias y muy de moda actualmente como es la TV y la computadora. De éstos e desprende que lo ayuda a tener amistades y que controla los filmes y video juegos de carácter violento que son perjudiciales. Sea optimista, porque es una emoción que genera felicidad y estabilidad a los hijos, y aún en momentos difíciles de enfermedad o muerte el optimismo abre puertas a nuevas soluciones y proyectos. Ayude a otros para que aprenda sobre la solidaridad, resuelva los problemas en familia para que todos den su opinión aunque sean pequeños y así se les desarrolla capacidades para resolver problemas, por lo que también es aconsejable que no sea el padre o madre que va corriendo a solucionar el problema del hijo; dele herramientas, entrénelo y permítale hacerlo él y solo intervenga cuando el problema lo sobrepase. Enséñele buenos modales y respeto hacia los demás y tenga bien claras las normas educativas y no sea voluble en su aplicación porque sino el hijo no sabrá nunca a qué atenerse, ya que siendo estable y exigente en los horarios y deberes de estudio y domésticos les desarrolla la autodisciplina. Incítelos a retos mayores, aún cuando se quejen que la tarea es muy difícil, que busquen una solución porque así aprenden que los problemas siempre tienen una solución. Estimúlelos a que sean sinceros y que expliquen por qué han dicho una mentira, y así mismo participe en el desarrollo motivacional de la futura profesión sin ser autoritarios ni decidir su destino. Respete su intimidad, pero que vaya de la mano de la confianza para que sepan que debe ser privado y que debe compartir con sus padres desde pequeños y no les deje solos porque están irritados, sino que tiene que buscar la manera de llegar a ellos, ni mucho menos acepte que tiene mal carácter o es agresivo porque lo “heredó” de alguien de la familia. Y por último, enséñeles a relajarse ante el estrés y fundamentalmente muéstreles el lado humorístico de la vida, que aprendan a reír que esa es una emoción muy buena para ser feliz.
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