Eduardo Manet, “El Santiaguero”, estrena sus 90 años
13 de marzo de 2017
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Eduardo González-Manet Lozano, director y guionista de cine, eminente dramaturgo y crítico arriba a 90 espléndidos años este 13 de marzo. Nueve décadas transcurrieron desde que nació en Santiago de Cuba en 1927. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana durante tres años, carrera que abandonó para viajar a Francia. Allí cursó tres años de actuación y pantomima con Jacques Lecócq y posteriormente un año de Lengua y Literatura Italiana en la Universidad de Perusa. A su regreso a Cuba trabajó como crítico teatral y cinematográfico, guionista de televisión y actor y director de teatro.
Manet ingresa en el ICAIC en 1960 como director de documentales y dirige El negro, sobre la discriminación racial y luego, en 1961, Napoleón gratis, acerca de la apertura del Museo Napoleónico en La Habana. Ese año fue asistente del célebre cineasta francés Chris Marker en la filmación de Cuba sí, enorme fresco sobre la manera en que el pueblo cubano se identifica con la Revolución a los pocos meses del triunfo. En 1961 colabora en la etapa final de realización del mediometraje Realengo 18, iniciado por el dominicano Oscar Torres. Toma como punto de partida la obra homónima del escritor cubano Pablo de la Torriente Brau, sobre un hecho real: el enfrentamiento de una comunidad campesina a los latifundistas. Una mujer participa en la lucha mientras vive el drama personal de que su hijo se une a la guardia rural en la represión contra los suyos.
Portocarrero (1963), es una aproximación documental a la obra del famoso pintor cubano René Portocarrero y sus fuentes de inspiración en el que contó con el aporte del notorio fotógrafo de origen húngaro Jorge Haydú. Manet alterna la realización cinematográfica con su desempeño como director del Conjunto Dramático Nacional, cargo que ocupa hasta 1964. Ese año debuta en la realización de largometrajes de ficción con Tránsito, sobre un médico comprometido con la contrarrevolución que decide fugarse a Estados Unidos en una lancha. Algunos críticos advirtieron en el estilo la influencia del cineasta polaco Andrzej Wajda, especialmente en Cenizas y diamantes.
También en 1964 realiza el documental Show, un reportaje sobre la revista musical “América” presentada por Alberto Alonso bajo el título de Para mirar como show del cabaret del hotel Internacional de Varadero. Contó en el equipo con el fotógrafo Ramón Suárez y el experimentado editor Mario González. Manet rueda en 1965, íntegramente en estudio: Un día en el solar, tentativa de musical criollo según el argumento original coescrito con Julio García Espinosa, basado en el exitoso ballet El solar, de Alberto Alonso. Es el primer largometraje en colores producido por el ICAIC.
El huésped (1967), que filma en locaciones de Gibara, es un drama de mayores pretensiones, inspirado en un argumento de Madeleine Santa Cruz, Rebeca Chávez y Raúl Pomares. El argumento parte de la llegada en 1963 a esa localidad holguinera de un capitán de aviación y se aloja en la casa de huéspedes de una dama de la antigua burguesía del pueblo. Al principio es tratado fríamente, pero al saber que pertenece a la aviación norteamericana, la actitud de todos cambia. El huésped contó con las actuaciones protagónicas de Raquel Revuelta y Enrique Almirante y la fotografía del excelente Haydú.
Manet viaja a Francia en 1967 y decide establecerse allí de forma permanente. En ese país se consagra al teatro y la literatura y obtiene un éxito resonante con su obra Las monjas, traducida a más de una veintena de idiomas. En el 2004 recibe en París el premio literario Telegramme por la novela Maestro, biografía del músico cubano Brindis de Salas, el “Paganini negro” según la prensa del siglo XIX a la cual incorporó elementos de ficción.
El cineasta y dramaturgo Eduardo Manet, de obligada referencia en el cine cubano de los años 60, fue nombrado Caballero de las Artes y de las Letras en 1998 y Caballero de la Orden del Mérito en el 2001. Por estos tiempos el Grupo Buendía presenta la puesta en escena de Éxtasis, monólogo sobre Santa Teresa de Jesús, escrito especialmente por él para que retornara en su faceta de gran actriz la descollante directora Flora Lauten. La Editorial Oriente prepara la edición de su libro El espejo pintado, compilación de sus críticas cinematográficas, a cargo del estudioso Carlos Espinosa. Esta nonagenaria personalidad de la cultura cubana es un nombre clave en el nuevo cine cubano de aquellos tiempos fundacionales del ICAIC en los años sesenta del Siglo de Lumière.
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