Edificio de la calle Trocadero entre Zulueta y Monserrate
19 de marzo de 2018
|Sede del Museo Nacional de Bellas Artes. (Hoy: Arte cubano).
Un novedoso proyecto de rehabilitación se llevó a cabo a la entrada del nuevo milenio en el edificio del Museo Nacional de Bellas Artes. Los trabajos dotaron a esta institución de los requerimientos necesarios para los tiempos modernos y un hallazgo novedoso fue incorporado a la fachada del edificio, cuando dos arcadas en piedra a ambos lados del eje central de la fachada salieron al descubierto, como mudos vestigios del antiguo mercado allí existente.
El Museo Nacional vio la luz en el año 1913 por Decreto Presidencial. En un inicio debió ocupar el local del antiguo Mercado de Colón (1884), pero su demolición condicionó que se aprovecharan las antiguas arcadas neoclásicas integrándolas a la nueva edificación. De estas bases partieron los arquitectos Govantes y Cabarrocas, pero la propuesta no progresó y en la década del ’50 el arquitecto Manuel Febles propuso utilizar esta arquería como basamento de una construcción más voluminosa. Finalmente, en 1954 se demolieron los restos del vetusto mercado y se construyó sobre su planta el Palacio de Bellas Artes que llegó a nosotros, obra del arquitecto Rodríguez Pichardo.
La construcción se articuló entorno a un patio central rodeado de galerías en planta baja, con tres niveles de altura a los que se accedía por escaleras, elevadores y una amplia rampa de comunicación. Desde 1959 sus colecciones se fueron enriqueciendo, agrupando diversas muestras de arte, cada vez más valiosas.
La nueva intervención buscó la forma de dar respuestas a los requisitos del museo contemporáneo, que impone nuevas categorías de espacios y funciones con diversos usos socioculturales y público, creándose áreas para la exhibición de muestras temporales, además de las colecciones de arte cubano permanente que hoy atesora y custodia.
Dos semicírculos de cristal se añadieron a las fachadas hacia las calles Monserrate y Zulueta, que contienen las escaleras de comunicación con los otros niveles. En cuanto a la iluminación se combinó la luz artificial con la natural, creando una atmósfera favorable para la observación de las obras artísticas. Cabe resaltar el grupo escultórico en la fachada realizado en mármol blanco, de la reconocida artista Rita Longa.
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