Edificio de la calle San Ignacio No. 368 esquina a Muralla

23 de septiembre de 2019

|

Zenaida Iglesias Sánchez

Antigua Casa de don Laureano Torres de Ayala.
Antes vivienda y comercio.
Hoy: Cervecería “Taberna La Muralla”

 

 

La emblemática cervecería “Taberna La Muralla” ocupa desde hace varias décadas, el edificio esquinero en San Ignacio y Muralla. En sus dependencias, el caminante agobiado por nuestro clima tropical, puede degustar de una fresca cerveza, bien sea acompañando a otros platos u observando las naves de elaboración de la exquisita bebida, la agradable ambientación de su espacio interior o la excelente vista de la Plaza Vieja. Los especialistas de la Oficina del Historiador tuvieron a su cargo este proyecto.

 

 

El terreno estuvo mercedado desde finales del siglo XVI al Escribano del Cabildo habanero Diego Pérez Borroto. La antigua edificación se dice fue construida a principios del siglo XVIII por don Laureano Torres de Ayala, Marqués de Casa Torres, distinguido Caballero de la Orden de Santiago, Coronel de Infantería y Gobernador de la Isla entre 1708 y 1711, quien radicó aquí con su familia. Llegó el siglo XIX y con este nuevos cambios y propietarios para el inmueble.

 

 

En 1812 la habitó siendo su dueña la Condesa de Buenavista y O’ Reilly, doña María Francisca Calvo de La Puerta. Por entonces contaba con algunas accesorias en planta baja destinadas a comercio. A mediados de este siglo la ocupó la Real Junta de Fomento, el Tribunal de Comercio y la Escuela de Taquigrafía. Poco después fue vendida a doña Francisca Herrera, VIII Marquesa de Villalta. En 1894 un lamentable incendio redujo a cenizas el inmueble, por ello perdió sus elementos más antiguos en la reconstrucción realizada por el Ministro de Obras Públicas Miguel Pascual.

 

 

Entrado el siglo XX la compró Antonio Álvarez Valdés, permaneciendo en manos de esta familia. Posteriormente fue utilizada como casa de vecindad con algún que otro comercio; se fue subdividiendo y modificando. Con el paso irremediable del tiempo y la acción transformadora de la mano del hombre se deterioró considerablemente, alcanzando un aspecto ruinoso. En 1997 se desocupó para posteriormente ser intervenida por los especialistas de la Oficina del Historiador.