Edificio de la Calle Oficios No. 355, entre Santa Clara y Luz
25 de febrero de 2019
|Hoy vivienda social
Oficios 355 antes
El inmueble de la calle Oficios No. 355 fue reconstruido para vivienda, otro ejemplo de la obra social desarrollada por la Oficina del Historiador. El proyecto que estuvo en manos de los especialistas de la antigua Dirección de Proyectos, permitió el adecuado confort que elevó la calidad de vida de sus moradores. De este modo, de las ruinas de una antigua mansión colonial, renació en este espacio un nuevo edificio en el Centro Histórico citadino.
Obras en el edificio
Se encuentra ubicado en un eje vial centenario, que se extiende desde la Plaza de Armas, pasa por el frente del Convento de San Francisco, hasta desembocar en la avenida portuaria, donde otrora se levantaba el Hospital de Paula. Se conoce que la parcela de terreno que ocupa estuvo edificada desde tiempos remotos.
Labores de construcción en el interior
Si bien durante el siglo XVII aquí existía una modesta casa colonial de planta baja, ya en el XVIII estaba construida de dos pisos de altura con entresuelos, muros de rafas, tapias y cubierta de tejas, un amplio patio central y lujosas pinturas murales en las paredes, afiliándose a los códigos del barroco criollo que imperaba por entonces en la ciudad. A mediados de esta centuria pertenecía a don Eligio de la Puente y doña Bárbara González Cabello. Fue vendida posteriormente en diversas ocasiones.
Interior después de los trabajos
Entrado el siglo XIX eran sus propietarios el Teniente de Navíos don José Antonio Ramos y su esposa, la señora Rosa Carrillo de Albornoz, ilustres personajes de la ciudad colonial. Desde entonces la mansión se iba subdividiendo y transformando, alojando en planta baja disímiles accesorias comerciales. Quedó en manos de la sucesión de esta familia por largos años quienes la fueron alquilando y arrendando a terceras personas y compañías comerciales establecidas en la capital.
Oficios 355, después
A mediados del pasado siglo XX fue su propietaria la señora Mercedes Fernández Ariosa y su familia. Desde entonces había quedado convertida en casa de vecindad. Por el alto grado de deterioro alcanzado mostraba un aspecto ruinoso, hasta que el espacio fue noblemente reconstruido.
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