Edificio de la calle Oficios No. 202, esquina Teniente Rey

5 de noviembre de 2018

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Zenaida Iglesias Sánchez

Antiguo edificio de vivienda y comercio
Hoy: Restaurante-Cafetería “La Marina”

 

 

En los años ’90 del pasado siglo XX, abrió sus puertas el Bar-Cafetería “La Marina”. El proyecto ejecutado por especialistas de la Oficina del Historiador, recuperó la parcela de privilegiada ubicación, por encontrarse frente a la entrada del antiguo convento de San Francisco y pocos pasos de la plaza Vieja. Desde entonces al presente no ha faltado la animación en el local, que se destaca por el diseño interior y excelente servicio gastronómico.

 

 

La referida parcela de terreno estuvo ocupada desde el siglo XVII por una antigua casa colonial, que todavía en el XVIII estaba fabricada de planta baja con muros de rafas, tapias y cubierta de tejados. Se conoce que en 1777 fue su dueña la señora Andrea Pérez, vecina de la ciudad. En el siglo XIX se reedificó mejorando su aspecto, por entonces alcanzó dos niveles de altura.

 

 

Cambió indistintamente de propietarios, destacándose entre estos los miembros de importantes familias habaneras como lo fueron el Conde de San Esteban de Cañongo –don Agustín Valdés Pedroso– y su familia en 1820 y el Marqués de Casa Calderón –don Francisco Calderón y Reselh– en 1876, destacado hacendado cubano.

 

 

Desde finales del XIX la planta baja se destinó a comercio, conservando la vivienda en los altos, se fue subdividiendo y transformado consecuencia de los arrendamientos de sus espacios. En las primeras décadas del siglo XX la planta baja estuvo ocupada por un almacén durante largos años y después se convirtió en casa de vecindad, hasta alcanzar un estado de deterioro ruinoso, perdiéndose la  vetusta edificación.

 

 

El espacio que conservó solamente los restos de los antiguos muros fue reanimado con el bar-cafetería en los años ’90. Entrado el siglo XXI nuevos trabajos de remozamiento se efectuaron en el lugar, dotándolo de mayor elegancia y confort, para desempeñar como restaurante-cafetería sin perder el espaciamiento que lo caracteriza, aires libres y diseño interior. Bajo los acordes de la buena música cubana el visitante puede disfrutar de un fresco “Guarapo”. El pavimento hace alusión al nombre del inmueble, al centro, se recrea a similitud de las olas del mar, como mirando un pequeño estanque.