Edificio de la calle Oficios No. 152 esquina Amargura
2 de octubre de 2017
|Antiguo Palacio de los Marqueses de San Felipe y Santiago.
Hoy: Hotel “Marqueses de San Felipe y Santiago”.
El otrora palacio de los marqueses de San Felipe y Santiago del Bejucal, abre sus puertas al visitante convertido desde el año 2010 en el primer hotel-galería de nuestro centro histórico. Por ello, además del confort que brinda a sus huéspedes, el cliente podrá disfrutar a plenitud lo mejor de nuestro arte contemporáneo, pues agrupa en su interior una magnífica muestra de nuestros artistas, cuyas obras se distribuyen por sus espacios, sin que pasemos por alto el privilegiado entorno donde se ubica, la plaza de San Francisco de Asís, en el corazón de la Habana Vieja.
El edificio se levantó en el siglo XVIII y por sus características constructivas fue considerado por algunos especialistas, como un digno contrapunto de los palacios de la plaza de Armas, tomando en cuenta las líneas barrocas que perfilan su portada. A principios del siglo XIX pasó a los sucesores del IV Marqués de San Felipe y Santiago y estuvo en manos de los descendientes de esta familia durante toda la centuria, lo cual dio nombre al palacio hasta nuestros días.
Entrado el siglo XX comenzó a ser arrendado por sus propietarios a diferentes compañías comerciales radicadas en la isla; entre ellos al comerciante y banquero español Pedro Gómez Mena. A partir de entonces fue muy transformado su interior, adaptándose a oficinas bancarias y comerciales. Indistintamente quienes la alquilaron y habitaron lo fueron readaptando para el desempeño de nuevas funciones.
Se hace notorio a simple vista el añadido de una nueva planta de altura a la construcción original, aunque se conectó perfectamente al resto del edificio a pesar de la diferencia de época, pues la fachada conservó esencialmente su apariencia original.
Con posterioridad a la década del ’50 y en poder del estado cubano, continuó empleado su espacio como oficinas, conservándose en muy buenas condiciones técnico-constructivas. Estuvo ocupado hasta la década del ‘80 por el Club Internacional del Marino, que prestaba servicio al turismo que visitaba la ciudad. En los años ’90 se utilizó como oficinas de Historiador de la Ciudad.
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