Edificio de la calle Oficios 6, esquina Obispo 109
28 de mayo de 2018
|Antigua Casa del Obispo.
Hoy: Restaurante “La Mina”
El restaurante “La Mina” sobresale por su animada presencia en la plaza de Armas. Este encanto lo debe a su privilegiado enclave y el ambiente criollo que recrea su recinto, donde destaca el patio central por la vegetación con la presencia de hermosas aves exóticas. La instalación la conforman una serie de servicios: el café “Al Capuchino”; la casa del agua “La Tinaja”; una cafetería y el bar-restaurante.
Este edificio es el más antiguo en el entorno de la plaza; en 1519 se mercedó la parcela de terreno a doña Isabel Nieto, viuda de Francisco Cepero, uno de los conquistadores y primeros pobladores de la villa de San Cristóbal de la Habana. Con el paso de varias generaciones, reconstruida la edificación, pasó a ser residencia de los obispos que oficiaban misa en la primitiva Iglesia Parroquial Mayor a pocos pasos de distancia; donde se levantó el antiguo palacio de los Capitanes Generales en el siglo XVIII, hoy Museo de la Ciudad.
En 1686 el obispo Diego Evelino de Compostela compró un solar perteneciente a esta casa que estaba ubicado por la calle de los Oficios y fundó aquí dos años más tarde el primer colegio de niñas, bajo la advocación de “San Francisco de Sales”, fue este el primero dedicado a la instrucción femenina. De ahí que el acceso principal a la edificación sea por la mencionada calle donde conserva la antigua portada labrada en piedra.
A finales del siglo XIX el inmueble adquirió su fisonomía actual, cuando fue objeto de una sustancial remodelación. Poco tiempo después se convirtió en casa de inquilinato y se transformó considerablemente, mientras que en la planta baja se encontraban instalados toda una serie de locales destinados a comercio. Finalmente la edificación alcanzó un alto grado de deterioro. Devino en casa de vecindad en la segunda mitad del siglo XX y así estuvo ocupada por varias décadas.
Con la restauración llevada a cabo en la década del ‘80 del pasado siglo XX, se mantuvo la existencia de esos locales destinados a comercio: la carnicería hacia la calle Oficios; la barbería por la calle Obispo; abrió el café “La Mina”; la casa del agua “La Tinaja” y la casa de la natilla “Doña Teresa”; así como el “Café Habanero”; recuperándose los espacios perdidos y lográndose la reanimación del lugar con el renacimiento de estas actividades.
En los años ’90 nuevamente se intervino alcanzando la apariencia actual, combinando con la función gastronómica y comercial, la cultural, pues la planta alta se ha destinado para estudios de artistas de la plástica contemporáneos.
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