Edificio de la calle Obispo No. 115, entre Oficios y Mercaderes
13 de septiembre de 2021
|Antigua casa del maestro platero Gregorio Tabares / Después: comercio y vivienda.
Hoy: Museo de la Orfebrería.
El Museo de la Orfebrería mantiene su sede desde la década de 1980 en la calle Obispo del Centro Histórico. Quedó inaugurado gracias a la labor restauradora de la Oficina del Historiador de la Ciudad, una vez que comenzaron los trabajos de revitalización del centro histórico. Recientemente se ha remozado la fachada y en su interior, un nuevo diseño museográfico hace más atractivas las salas de exposición, a la espera del visitante, una vez que las condiciones de la pandemia actual lo permitan.
Aquí puede disfrutarse de la más variada muestra de objetos confeccionados con este precioso metal. La instalación cuenta con otras dependencias, como el salón de conferencias y las áreas destinadas a exposiciones transitorias de artistas contemporáneos de la plástica.
En esta parcela de terreno levantó su morada en el siglo XVIII, el maestro platero de la ciudad don Gregorio Tabares, después de comprar las tiendas del Mayorazgo de la familia Recio, descendientes y herederos de uno de los primeros habitantes de la villa. Se conoce que fue este el primer Mayorazgo existente en la isla, aprobado en 1570 a favor del vecino don Juan Recio.
La antigua fabricación se remodeló en la primera mitad del siglo XIX, cuando la adquirió quien sería después el tercer conde de San Esteban de Cañongo, distinguido propietario, y acaudalado vecino de la ciudad.
Durante el siglo XX estuvo destinada a comercio y almacén en planta baja, funciones compartidas con la vivienda, por lo que sus espacios originales se alteraron considerablemente.
Este tramo de la calle Obispo, entre Oficios y Mercaderes, conserva los inmuebles más antiguos de la otrora villa de San Cristóbal, a pesar de las transformaciones visibles, propias del paso de los siglos.
Esta casa distingue por la simetría de la fachada que, desprovista de decoración, se muestra sobria pero elegante, donde predomina el esgrafiado de sus muros y resalta la platabanda de piedra en los vanos. En los altos destaca el balcón con baranda de herrería. Tipología propia del siglo XIX. Desde la calle se vislumbra el patio central, rectangular y de modestas proporciones, rodeado de galerías donde se distribuyen los aposentos que antes utilizaba la familia, destinados con la nueva función asumida por el inmueble, para muestras expositivas y variadas actividades de carácter cultural.
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