Edificio de la calle Muralla No. 60 entre Oficios y Mercaderes

1 de marzo de 2013

|

Zenaida Iglesias Sánchez

Edificio de la calle Muralla No. 60 entre Oficios y Mercaderes
Antes: Vivienda
Después: Sede de la Empresa de Monumentos de la Oficina del Historiador
Hoy: Guardería

La parcela de terreno donde se levantó la casa que llega a nuestros días estuvo ocupada desde épocas tempranas, debemos resaltar la importancia del lugar donde se ubica, a pocos pasos de la Plaza Vieja, centro de animación y del mercado en la ciudad durante la época colonial; perteneció en propiedad a lo más selecto de la sociedad de su época, algunos de estos propietarios la habitaron durante un tiempo y otros, la explotaron a través de la renta de sus espacios, destinándose la planta baja a disímiles accesorias comerciales, como se hizo común en los inmuebles de la ciudad desde la segunda mitad del siglo XIX.

Entrado el siglo XX en la edificación se realizaron algunos trabajos de reformas. En 1908 se solicitó licencia a la Alcaldía Municipal para construir cuatro cuartos al fondo de la azotea, trabajos que estuvieron bajo la dirección del arquitecto Carlos E. Planas; por entonces pertenecía en propiedad al hospital Mercedes. De igual modo se transformaron los huecos interiores de la planta baja para colocar columnas de hierro que sostuvieran las cargas de estos cuartos. Al año siguiente se modificó la fachada, adicionando y transformando los vanos existentes, mientras que al interior se construía una escalera de ladrillos con pasos de mármol. No se especifica el uso del edificio en los documentos consultados. A mediados del siglo XX devino en casa de vecindad.

En la década del ’90 y luego de la primera restauración se convirtió en la sede de la Empresa de Monumentos de la Oficina del Historiador, acogiendo en su interior a un nutrido grupo de especialistas que tuvieron a su cargo las obras de restauración en el centro histórico.

La obra social emprendida por nuestra institución tuvo a bien, que con la última intervención realizada recientemente, la casa de la calle Muralla No. 60, quedara bellamente convertida en un círculo infantil o guardería, que acoge a los más pequeños infantes con esmero y cuidado. Se restituyeron en el inmueble elementos arquitectónicos que acentúan su imagen colonial, la madera en ventanas y balcones y sobre el balcón corrido el tejadillo que sobresale a distancia, sostenido por canes de madera. El uso vino determinado, porque en estos predios, se estableció la casa cuna que fundara el Obispo Valdés en la ciudad.