Edificio de la calle Mercaderes No.162, esquina a Lamparilla
27 de septiembre de 2021
|Antigua Ferretería Isasi
Hoy: Sala-Museo de los Bomberos y vivienda
Luego del proyecto ejecutado por especialistas de la Oficina del Historiador, el inmueble, que se encontraba en muy mal estado, se reconstruyó, destinándose a vivienda la planta alta y la planta baja para sala-museo. Este uso ha permanecido por varias décadas.
En 2019 se rehabilitó una vez más el espacio destinado a museo, que presentaba evidentes signos de deterioro, también el mural que ilustra los hechos históricos acontecidos en el edificio. De tal forma se garantiza la permanencia de este espacio expositivo.
La historia del inmueble se remonta varios siglos atrás, cuando la parcela de terreno se encontraba ocupada por una sencilla vivienda colonial de pequeñas dimensiones, con accesorias comerciales en planta baja. En la segunda mitad del siglo XVIII la habitaba el vecino don José Miguel Muñoz. Cambió de dueños e inquilinos consecutivamente y en 1814 contaba entre las propiedades del Monasterio de Santa Teresa de Jesús.
En el edificio radicó la famosa ferretería Isasi, al fondo de la misma se encontraban los almacenes de depósitos de mercancías, cuando un lamentable incendio de grandes proporciones lo consumió hasta la ruina, el 17 de mayo de 1890. En el siniestro, perdieron la vida un notable grupo de personas, agentes del orden público, bomberos y algunos vecinos curiosos que se asomaron al lugar de los hechos. Una tarja ubicada en fachada rememora los acontecimientos y lista los nombres de los fallecidos. Cada año, aquí se rinde homenaje a la valentía del Cuerpo de Bomberos de La Habana.
Con posterioridad a estos hechos, se reconstruyó, transformándose su primitivo aspecto colonial. En 1919 las madres religiosas la vendieron a los señores Juan Antonio y Manuel Aspuru y San Pedro, quienes solicitaron licencia a la Alcaldía Municipal en 1921 para ampliarla y remodelarla, construyéndole un piso alto. En 1924 adquirió la apariencia constructiva que llegó a nuestros días, estando dedicada a comercio y oficinas.
Actualmente, en la sala-museo se exhiben en vitrinas objetos personales e instrumentos utilizados por estos abnegados hombres, mientras que un mural en la pared al fondo, escenifica el desastre aquí ocurrido. Un nuevo diseño museográfico hace más atractivo el espacio en el presente, destacándose también la fachada con la identidad visual que destaca a distancia, llamando la atención del visitante.
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