Edificio de la calle Aguiar No. 402 esquina Obrapía

26 de noviembre de 2018

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Zenaida Iglesias Sánchez

Antiguo Oratorio de San Felipe Neri
Hoy: Sala de Concierto

 

 

En el año 2004 una nueva sala de conciertos ocupó el espacio del antiguo Oratorio de San Felipe Neri, la cultura, como objetivo primordial de los trabajos de restauración de la Oficina del Historiador, destinaron el inmueble para sede de la música lírica, acogiendo en su espacio prestigiosas figuras del género. El proyecto ejecutado puso al descubierto la belleza del otrora templo y a su vez, permite evocar el esplendor que tuvo como exponente de la arquitectura bancaria de la ciudad en los años ’20 del pasado siglo.

 

 

La historia comenzó en1603, cuando esta orden religiosa instaló su casa en la parcela. Luego el templo destacó por la torre escalonada de diferentes volúmenes. El convento se componía de un pequeño claustro con locales en el patio. Este espacio devino posteriormente en casa de vecindad.

 

 

En 1844 la Sociedad Económica Amigos del País se instaló en el edificio junto al oratorio; cuentan los historiadores que en la década del ’60 del siglo XIX también estuvo ocupado por la Escuela de las Nobles Artes; un Gabinete de Historia Natural y una sala de exposiciones.

 

 

El Banco del Comercio compró el inmueble en 1926, después que fueron suspendidas las actividades la congregación religiosa. Por ello fue objeto de importantes modificaciones. Las obras, finalizadas en 1928, estuvieron a cargo del facultativo Rafael C. Goyeneche.

 

 

La fisonomía exterior cambió considerablemente con la demolición de la torre. El maestro cantero Eduardo Farías se encargó de trabajar cuidadosamente la piedra de cantería. Al escultor Manuel Pascual se debió toda la ambientación. En su interior se mezclaron los elementos religiosos antes existentes con los nuevos que proyectaba la institución bancaria; de tal forma, conservó la planta de la antigua iglesia, pero el espacio del altar fue sustituido por las bóvedas de seguridad; mantuvo así mismo la distribución espacial de tres naves que se readaptaron a las nuevas funciones en forma de salones para atender al público.

 

 

“The Trus Company of Cuba” compró las acciones de esta institución en 1952 refundiéndose ambos. Posteriormente, con las leyes de la nacionalización de la banca en el país, el edificio se desocupó y pasó a desempeñar como Casa de Acuñación de la Moneda en Cuba, hasta los años ‘80 del pasado siglo XX.

Una vez que comenzaron los trabajos de restauración en el edificio, se encontró por vez primera en el centro histórico, la piedra fundacional del lugar, lo cual se recuerda como un hallazgo inesperado para los arqueólogos.