Dúos femeninos inolvidables (I)
28 de octubre de 2016
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Mi comentario anterior estuvo dedicado a un trio de voces femeninas inolvidable: las Hermanas Lago. Hoy quiero continuar por esa relación familiar tan cercana, pero esta vez referida a los dúos, entre los cuales se destaca, en primer lugar, el conformado por las Hermanas Martí (Berta y Amelia).
El dúo nació en 1938, cuando las hermanas tenían 16 y 19 años, y decidieron hacer carrera cantando obras de nuestros trovadores, que habían escuchado. Al decir del periodista Lino Betancourt, investigador y profundo conocedor de la trova cubana: “En su casa se escuchaba música en un primitivo fonógrafo donde se ponían los discos de María Teresa Vera y Zequeira, y de otros trovadores y cantantes famosos de la época, mientras que los domingos se organizaban unas deliciosas tertulias adonde acudían, entre otros, el maestro Gonzalo Roig, Sindo Garay y Manuel Corona, invitados expresamente por un amigo de la familia, el prestigioso melómano Félix Cobo, a quien los padres de las Martí confiaban muchas veces su cuidado para que las llevara a recitales y audiciones de música”.
Las Hermanas Martí debutaron en el programa “La Corte Suprema del Arte” cantando la canción de Manuel Corona “Hijo mío”. En 1931, en el mismo programa, triunfaron en una eliminatoria con la criolla-bolero de Ernesto Lecuona: “Como arrullo de palmas” que durante algún tiempo fue el tema de sus presentaciones radiales”. La trayectoria profesional de este dúo es extensa: radio, televisión, teatros y viajes a diferentes países. En cuanto al repertorio, incluía un inmenso catálogo de obras tradicionales cubanas (sobre todo canciones) cuyas grabaciones han quedado para que las generaciones futuras puedan apreciar la extraordinaria calidad de las Hermanas Martí.
Otro dúo de excelencia fue el de las Hermanas Junco (Marta y Delia) que anteriormente habían pertenecido al Cuarteto Cubanacán con sistemáticas presentaciones en la emisora Mil Diez y en los años 50 de la pasada centuria, se unieron a su hermano Cheo en el Trío Junco, hasta que, finalmente, decidieron convertirse en un dúo, que actuó en teatros, radio y televisión nacionales durante más de treinta años, así como en una película brasileña interpretando el conocido bolero “Tristezas”, de Pepe Sánchez.
En 1964 surgió un dúo femenino cuyas integrantes (Ada y Alicia), habían pertenecido a la emblemática orquesta “Anacaona”: Hermanas Castro. Pero aunque muy pronto se ganaron el favor del público, su duración fue efímera.
Hermanas Romay (Juanita y Mercedes) fue otro de los dúos habaneros que conquistó al público desde su aparición en la séptima década del pasado siglo; aunque su repertorio se basaba en obras del repertorio más actual, poco a poco fue incluyendo canciones tradicionales. De su amplio espectro musical, solo quedaron grabadas catorce obras con guitarra y siete con la orquesta del maestro Gonzalo Roig, que han sido transmitidas por Radio Taíno, gracias a la colaboración de Lino Betancourt.
Como La Habana no fue la única ciudad que vio nacer importantes dúos femeninos, dedicaré mi próximo comentario a otros del interior del país que también dejaron su impronta en la cultura musical cubana.
Hermanas Marti: “Peansamiento”
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