Diversidad de anfibios en Cuba y la lista roja de especies amenazadas

6 de septiembre de 2019

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Josefina Cao López

 

 

La diversidad de anfibios está disminuyendo a escala planetaria, debido principalmente a los cambios producidos en el uso de la tierra por el desarrollo agrícola, la sebreexplotación comercial, la introducción de especies exóticas y los efectos del cambio climático. Además, en diversas tegiones del planeta, han experimentado declinaciones relacionados con la infección por hongos, y también aquellas especies restringidas a zonas altas, con larvas acuáticas y alto grado de especialización ecológicas han sido las más afectadas.

Hasta el momento, Cuba posee 62 especies conocidas con un 95% de endemismo. Esto significa casi la tercfera parte del total de los anfibios antillanos. La lista de especies autóctonas incluye ocho sapos, 52 ranitas y la rana platanera. Sólo tres especies no son exclusivas de Cuba: Eleutherodactylus planisrostris, Osteopilus septentrionalis (Rana platenera) y Lithobates catesbeianus (rana toro introducida por el ser humano).

 

Todas estas especies ocupan una gran variedad de hábitats que va desde bosques, cuerpos de agua, cavernas, costas hasta construcciones humanas. Ocupan todo el archipiélago desde el nivel del mar hasta el Pici Turquino. Los macizos montañosos del oriente cubano albergan la mayor diversidad y endemismo.

Los resultados de una evaluación del estado actual de las 61 especies endémicas evidenció lo siguiente: 27 especies pueden ser consideradas amenazadas, una especie En Peligro Crítico (CR), tres en la categoría de En Peligro (EN) y 23 en la categoría de Vulnerable (VU), y una especie como Casi Amenazada (NT). La mayoría de las especies son consideradas como vulnerables por su educida distribución geográfica (factores intrínsecos). Sólo una de las especies evaluadas como amenazadas no se encuentra incluida dentro de un área protegida, se trata de Eleutherodactylus adelus. Las áreas protegidas con mayor número de especies amenazadas son los parques nacionales Turquino y Pico La Bayamesa.

 

 

Las lista rojas son una herramienta para evaluar cualitativamente el grado de amenaza de las especies/poblaciones, pero no deben ser usadas para estimar tendencias en el estado de conservación de las especies o ecosistemas, pues los cambios taxonñómicos, la calidad de la información disponible y la postura de los avaluadores pueden provocar cambios en las categorías de amenaza asignadas sin que existan cambios en las poblaciones de las especies avaluadas. Por lo tanto, las listas rojas deben actualizarse sistemáticamente con el aporte de los investigadores y así alcanzar una evaluación cada vez más precisa del estado de conservación de las especies de que se trate.

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que ella perdure: respetarla y servirla.

 

Fuente: Libro Rojo  de los Vertebrados de Cuba. Instituto de Ecología y Sistemática. La Habana, 2012.