Del éter a la web… con Juan Formell
10 de enero de 2018
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La extensa permanencia de más de 4 décadas en la radio, me ha permitido conocer y entrevistar a numerosas personalidades de la cultura. No obstante, algunos de esos encuentros han sido verdaderos privilegios. Es el caso del sostenido con el mítico bajista y compositor Juan Formell, fundador y principal inspirador de una orquesta que desde el año 1969 – casualmente el año en que me inicié en este fascinante y complejo mundo de la locución y el periodismo – se ha mantenido en los primeros planos de la popularidad en Cuba. Decir Van Van es evocar un capítulo de excelencia en la historia de la música popular bailable aquí, en la Mayor de las Antillas, reconocida universalmente como la Isla de la Música.
En esta ocasión, traslado a la web lo dialogado con Juan Formell en los estudios radiales. Una conversación que se inició por la influencia familiar y, particularmente de su padre, en la vocación que le acompañaría durante toda su existencia.
“Mi padre poseía una excelente calificación como músico. Conquistó gran cantidad de premios, tanto de música sinfónica como de creaciones populares. Antes del triunfo de la Revolución existía un certamen denominado Concurso de la Canción Cubana, algo parecido al Guzmán que conoceríamos después… Ahí alcanzó varios premios… Él fue un compositor muy prolífico y obtuvo reconocimientos en su creación sinfónica y en su labor para bandas de música. Fue, en resumen, un músico reconocido en su tiempo. En ese contexto nací yo”.
Juan Formell me habló ampliamente de su adolescencia y juventud.
“Matriculé el bachillerato, que abandoné prácticamente cuando ya estaba finalizándolo. Mi padre se oponía a que nosotros, mi hermano y yo, estudiáramos música. Por tanto, casi tuve que obligarlo a que me transmitiera algunos conocimientos de esta manifestación artística. A partir de esos rudimentos, comencé a acercarme a los secretos de la música de manera autodidacta. Después me fui nutriendo de las experiencias de grandes maestros, entre ellos Félix Guerrero, Rafael Somavilla y Adolfo Guzmán. Por ahí andan mis primeros pasos en el arte”.
El sobresaliente creador, justamente galardonado con el Premio Nacional de la Música, se refirió durante nuestra charla a los antecedentes inmediatos a la creación de Los Van Van.
“Hay un acontecimiento que considero esencial en la posterior constitución de Los Van Van. En los años 1964-65 trabajaba como contrabajista en la orquesta del hotel Habana Libre, un jazz band de los mejores en esa época. Y un buen día decidí abandonarla para entrar en la Orquesta de Elio Revé, pensando que sería algo transitorio. En esta agrupación me surgieron inquietudes en cuanto a la sonoridad que tenía entonces como una orquesta típica del tipo charanga. Yo venía de un mundo diferente y, evidentemente, ello influyó en que se produjeran cambios en la sonoridad de la orquesta. Yo traía otros conceptos como compositor y arreglista, y traté de reflejar mis experiencias anteriores en esa estructura. Esto fue reconocido como un suceso importante en la música bailable entre los años 1967 y 68. Esas inquietudes juveniles y diferencias surgidas con Revé en ese momento, provocaron que decidiera separarme de esta orquesta. Y en el año 1969, antes de que Los Van Van se presentaran en público, nació el primer disco, que rápidamente alcanzó un extraordinario éxito de popularidad.
¿Cuáles fueron los elementos esenciales que establecieron un cambio notable en la sonoridad de la charanga?
“El elemento fundamental fue la forma de escribir. Empecé a escribirle diferente a los violines, al piano… comencé a experimentar la mezcla de la guitarra eléctrica con la flauta; los montajes de voces dejaron de ser al unísono y se hicieron más complejos; utilicé el violín fundamentalmente en función ritmática, cambiaron los tumbaos del piano, tuvo lugar la introducción de la guitarra bajo… Y enseguida se advirtieron sonoridades diferentes a las existentes hasta entonces. En general, puedo afirmar que se produjeron transformaciones conceptuales en la estructura de las orquestas de la música popular bailable cubana. Todo ello lo había descubierto durante mi estancia en la orquesta Revé, y ya con Los Van Van pude aplicar estos conceptos. Introduje también una batería y, en fin, surgió una especie de ritmo nuevo que yo decidí llamar Songo. Ese sonido conquistó los principales espacios de Cuba y fue adoptado por muchas agrupaciones nacionales y extranjeras, que lo reconocerían sencillamente así: Ritmo Songo”.
Con el maestro Juan Formell conversé extensamente de lo humano y de lo divino. Por tanto, les propongo continuar con esta charla en nuestra próxima sección. Les aseguro que podrán conocer mucho más sobre la vida, la obra y el legado de este músico excepcional que ofreció inmensos aportes al acontecer de la música cubana. Hasta la próxima, amigos de la radio y de la web.
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