Del espectro nocturno

2 de mayo de 2018

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Hamilé Rozada Bestard

 

 

Con el título de una de sus obras, comienzo hoy mi comentario dedicado a Juan Piñera, uno de los compositores cubanos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX y la primera del XXI.

Nacido en la ciudad de La Habana, el 18 de enero de 1949, en el seno de una familia de posición económica solvente, y teniendo como tío al gran escritor y dramaturgo Virgilio Piñera, Juanito se relacionó, desde niño, con los más destacados intelectuales y artistas de aquellos años, como es el caso de José Lezama Lima o el Padre Gaztelu, y en vez de interesarse en juegos infantiles, dedicaba su tiempo a leer obras escritas para adultos, lo que fue creando en él un mundo literario envidiable que contribuyó a su desarrollo cultural e imaginativo, presente en todas sus partituras.

En su formación pianística fueron indispensables las enseñanzas del gran pedagogo César Pérez Sentenat, quien había sido alumno del ilustre Joaquín Nin. En cuanto a la composición, su talento se evidenció en las clases del maestro Enrique Bellver –miembro del Grupo Renovación Musical– cuando escribió la obra que considera primera de su catálogo: La “cosa” no está en el título para piano, a la que seguirían decenas de obras para diferentes formatos y técnicas que incluyen la electroacústica.

Luego de graduarse en la especialidad de piano, Piñera comprende que su verdadero camino está en la composición, e inicia sus estudios en la Universidad de las Artes (ISA) con el maestro José Ardévol, aunque ya había obtenido varios Premios.

Una de sus grandes experiencias confiesa que fue haber trabajado en el Teatro Martí y en el Musical de La Habana, como pianista y compositor, pues allí pudo conocer lo mejor del teatro vernáculo, y acompañar a figuras míticas como Candita Quintana y Carlos Pous. También fue pianista fundador de la Pequeña Sinfónica de Teatro y Danza, creada por el director de orquesta Enrique González Mántici.

A los 24 años, Juan Piñera conoce a la profesora cubana Carmen Valdés –formadora de varias generaciones de músicos- quien lo inició en el mundo de la investigación, y fue así como se puso en contacto con la creación de compositores latinoamericanos como Heitor Villalobos.

Un aspecto a destacar en la trayectoria profesional de Juan Piñera es su vinculación a la radio, la televisión, el teatro y el cine, para cuyos medios ha escrito infinidad de partituras, como las escuchadas en las series televisivas infantiles: “Cuando yo sea grande”, “El mago del cachumbambé” y “Toqui”; la música del ballet “Tula”, bajo la dirección de Alicia Alonso; la ópera “La Taza de café”; o la compuesta para el filme de ciencia ficción “First” dirigida por Enrique Pineda Barnet, cuyo estreno se produjo en Cuba y más tarde en Nueva York, Washington, Puerto Rico, Miami y en los Estudios de Paramount Pictures, en Hollywood.

La trayectoria artística de Juan Piñera es impresionante así como los Premios nacionales e internacionales que han recibido muchas de sus partituras.

En la actualidad es guionista y director de programas en CMBF-Radio Musical Nacional, e imparte clases en el ISA, sin dejar de escribir nuevas obras para estrenar en Cuba o en algún otro país, pues dice que le basta con dormir tres o cuatro horas diarias y que, cuando siente la necesidad de descansar, cambia de actividad que puede ser: cocinar.