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De nuevo las aves (I). Las aves marinas

11 de mayo de 2017

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Falaropo de pico fino

Falaropo de pico fino

 

Aclaremos primero que la denominación “ave marina” no tiene ningún valor taxonómico, es solo una agrupación artificial que los científicos (ornitólogos) NO usan para su clasificación. Esta terminología es un “sistema popular de agrupar a ciertas aves que viven en o próximas al mar”, esta denominación popular incluye a diversos grupos taxonómicos de aves pero excluye a algunas especies de los mismos.

Aclarado esto, podemos decir que las aves marinas son aves que se encuentran durante la mayor parte de su vida en el mar o en sus proximidades, exceptuando quizás la época de reproducción, en la que se ubican en la costa. Las aves marinas muestran una gran variedad de comportamientos y adaptaciones ecológicas y fisiológicas, y muchas de ellas muestran una serie de características convergentes dada la similitud de los nichos ocupados por ellas.

Las aves marinas, al vivir en un ambiente geológico sedimentario (en el mar los sedimentos se posan fácilmente), están bien representadas en registro fósil. Los primeros ejemplares conocidos datan del período Cretácico (comenzó hace 145,5 ± 4,0 millones de años y terminó hace 65,5 ± 0,3 millones de años, es decir, que duró aproximadamente 80 millones de años), y los ejemplares más tempranos son del orden Hesperornithes (grupo extinto y altamente especializado de aves dentadas), de este orden resalta Hesperornis regalis, un ave marina que no volaba pero que se zambullía de manera similar a los somormujos (aves acuáticas zambullidoras) o los colimbos (aves acuáticas buceadoras), pero que tenía un pico lleno de agudos dientes.

Las aves marinas modernas también datan del Cretácico, como Tytthostonyx glauconiticus, que parece asociada al grupo de los albatros y las pardelas o a los pelícanos y alcatraces. Otro grupo de familias de aves más modernas emergieron en el Paleógeno (comenzó hace 65,5 ± 0,3 millones de años y acabó hace 23,03 millones de años, duró aproximadamente 43 millones de años).

¿Qué características identifican a las aves marinas? Generalmente son longevas. La mayoría de las especies crían en colonias, que pueden variar en tamaño de unas docenas de aves a muchos millones. Suelen hacer migraciones anuales a gran distancia, cruzando el ecuador terrestre o a veces navegando alrededor de toda la Tierra. Como carácter común, la mayor parte de las especies se alimentan en el mar, tanto en la superficie o en el fondo del océano, o en ambos. Puedan ser pelágicas, costeras y en algunos casos pasar una gran parte del año totalmente alejadas del mar.

La relación entre los seres humanos y las aves marinas cuenta con una larga historia pues ellas les han proporcionado comida a los cazadores durante mucho tiempo, han dirigido a los pescadores a sus presas y muchas han orientado y conducido a los marineros a tierra.

Veamos algunos ejemplos de aves marinas:

Los pingüinos, son las únicas aves marinas vivientes no voladoras adaptadas al buceo propulsado por las alas. Viven en el mar abierto del Hemisferio Sur. Se encuentran sobre todo en las aguas costeras de la Antártida, Nueva Zelanda, el sur de Australia, Sudáfrica, las Islas Malvinas, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. En las zonas tropicales se encuentran en determinadas zonas de corrientes de agua fría, como en la costa oeste de América del Sur con la corriente de Humboldt, en las islas Galápagos con la corriente de Cromwell o en Sudáfrica con la corriente de Benguela.

El orden Procellariiformes, son aves pelágicas que se alimentan al aire libre en el océano. La mayoría es incapaz de caminar en tierra, y muchas especies sólo visitan sus islas de cría, siempre remotas, por la noche. Las excepciones son los grandes albatros y algunos petreles y pardelas. De las 22 especies de albatros reconocidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ocho son vulnerables, seis corren peligro de extinción y tres se encuentran en peligro crítico de extinción.

Los Pelecaniformes, con excepción de las anhingas, se clasifican como aves marinas. 4. Los falaropos (orden Charadriiformes) usualmente se incluyen, ya que, aunque se trata de aves limícolas, dos de sus tres especies son oceánicas durante nueve meses del año, atravesando el ecuador para alimentarse pelágicamente.Crían en las zonas templadas frías y árticas del hemisferio norte, e invernan en los mares del hemisferio sur.

Los merginos (orden Anseriformes), son una subfamilia de aves de la familia Anatidae, la mayoría de las especies, pero no todas, son esencialmente marinas fuera de la estación reproductiva, entonces por convención se suelen excluir del grupo aves marinas.

Existen otras muchas aves limícolas (orden Charadriiformes) y garzas (orden Pelecaniformes) que son fundamentalmente marinas ya que viven en el borde del mar, pero, sin embargo, tampoco se incluyen entre las aves marinas.

Entre las especies de aves marinas tropicales destacan el rabijunco etéreo (Phaethon aethereus) que vive en las zonas tropicales del océano Atlántico, Pacífico oriental y Océano Índico donde se alimenta de pescado y calamares, aunque no es un buen nadador. En épocas no reproductivas emigra hacia regiones muy lejanas, por ejemplo, se han avistado ejemplares en Gran Bretaña, en Canadá y Australia. Se alimenta Actualmente muchas especies de aves marinas se encuentran amenazadas por la actividad humana, cuestión que veremos en un próximo artículo.

 

Curiosidad. Se trata de una de las primeras especies de aves identificadas en el continente americano; Cristóbal Colón la cita con frecuencia en el Diario de a Bordo de su primer viaje (Septiembre de 1492).

El cormorán neotropical (Phalacrocorax brasilianus), también conocido como biguá, cormorán, cormorán negro, cuervo de mar, yeco, pato yeco o patillo se distribuye geográficamente a lo largo de los trópicos y subtrópicos americanos, del Río Grande y el Golfo y costas californianas de los Estados Unidos al sur a través de México, Centroamérica y en América del Sur. También se le halla en Bahamas, Cuba y Trinidad. Este cormorán forrajea zambulléndose debajo del agua, mientras se propulsa con sus patas.

 

Petrel de Coronilla Negro

Petrel de Coronilla Negro

 

Pterodroma hasitata, petrel de coronilla negra, se extiende por el Caribe hasta el Cabo Hatteras sobre la Corriente del Golfo en el Atlántico. Anida en Cuba (Sierra Maestra), República Dominicana (Sierra de Bahonico), Haití (Macizo de la Selle), Dominica y Guadalupe.

En Cuba, es conocido como pampero de La Bruja, por La Bruja, en la Sierra Maestra con una colonia de anidación en la provincia de Santiago de Cuba, o también pájaro de las tempestades. Realizan un vuelo rasante al agua, muy veloz y batiendo las alas rápidamente o sin moverlas cuando aprovechan los vientos contrarios. En los sitios de anidación vuelan de noche para evitar la depredación de las gaviotas.

Esta especie, que estaba muy esparcida por las Antillas, actualmente se le ve menos. Es un visitante poco común, pero regular, del sudeste de los Estados Unidos, y un ocasional extremadamente raro de Europa occidental. Las causas de su disminución se deben a la perdida de hábitat, introducción de depredadores, y depredación humana directa.

En los sitios de apareamiento, sus gritos de llamada son sonidos extraños, al emitirlos durante la noche y con la dificultad que entraña observarlas, su presencia ha sido asociada, por los pobladores cercanos a sus colonias, con la aparición de seres sobrenaturales o brujas.

Golondrina de mar

Golondrina de mar

 

El charrán común, Sterna hirundo, es una especie de ave marina de distribución circumpolar en regiones templadas y subárticas de Europa, Asia, este y centro de Norteamérica. Es un gran migrante, por lo que pasa el invierno en océanos tropicales y subtropicales. Se le conoce también como golondrina de mar. Es una de las especies para las que se aplica el Acuerdo para la Conservación de Aves Marítimas Migratorias Africanas-Asiáticas (EAWA).

Actualmente, una gran cantidad de aves marinas se encuentran amenazadas, principalmente, por la actividad humana.

 

 

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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