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De los antiguos espigones del Gobierno al nuevo muelle flotante

18 de diciembre de 2015

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01Espigones, a la vera de la Alameda de Paula,1916

Espigones, a la vera de la Alameda de Paula,1916

 

 

Dentro de la nueva imagen que va cobrando el puerto viejo de La Habana destaca la realización del Muelle Marítimo de Paula que sustituyó los tres espigones con sus almacenes que por un siglo dominaron la imagen de esta zona. Y es que desde la época colonial el frente marítimo se reservó para usos militares y por tanto se prohibía edificar. El litoral era propiedad del Estado, según la legislación española, y solo podía ser ocupado provisionalmente, con excepción de las obras defensivas como la muralla y los fuertes costeros. Asimismo, las acciones en la zona de ribera estuvieron contempladas en las Órdenes Militares que las autoridades del gobierno de Estados Unidos dictaron durante el período de intervención (1898-1902). De una forma u otra, con poder absoluto o a través de concesiones, lo mismo en el período colonial, interventor que en el republicano, el Estado siempre controló el uso del puerto, para lo cual el propio gobierno peninsular había creado un cuerpo legislativo con Reales Órdenes y Cédulas que respaldarían su dominio sobre este importante ramo económico de la capital y el país.
Con esa misma intención se levantaron los nuevos espigones en el siglo XX, sustituyendo a los viejos muelles coloniales, pero con el idéntico propósito de obtener ganancias a través del comercio y el cabotaje.

 

Espigones, a la vera de la Alameda de Paula, 1947

Espigones, a la vera de la Alameda de Paula, 1947

 
Uno de los ejemplos palpables del interés del Estado por la zona portuaria, lo constituye su negociación con los Ferrocarriles en el cambio de las propiedades del Arsenal por las de Villanueva. El 16 de agosto de 1910, el Estado Cubano y los Ferrocarriles Unidos de La Habana y Almacenes de Regla Limitada, Compañía Internacional, permutaron entre sí los terrenos, construcciones y muebles del Arsenal, que eran propiedad del Estado, por los terrenos y construcciones de la Estación de Villanueva, que pertenecían a los Ferrocarriles Unidos. Dada la importancia de este canje estuvieron presentes los altos directivos de cada parte, incluso, el Mayor General José Miguel Gómez, Presidente de la República. Entre las condiciones del contrato celebrado figuró la construcción de tres espigones frente a la Alameda de Paula. Por ello, una de sus cláusulas expresaba: “Que los Ferrocarriles Unidos de La Habana y Almacenes de Regla Limitada, Cía. Internacional, construirán para el Estado (…) en el litoral de la Bahía, frente a la Alameda de Paula, tres espigones de 135 metros de longitud por 36 metros de latitud cada uno, sobre tubos de hierro fundido, con piso de hormigón armado de 145 pulgadas de espesor y sobre cada uno de ellos un almacén de estructura de acero cubierto y forrado de hierro ondulado, de 110 metros de largo por 24 metros de ancho, provistos de carrileras a ambos lados y de una grúa viajera eléctrica”. Desde entonces, los nuevos muelles de Paula se conocieron como los Espigones del Gobierno. Las obras corrieron a cargo de la firma norteamericana The Snare & Triest Company, Ingenieros y Contratistas.

 

00Espigones, a la vera de la Alameda de Paula, 1947

Espigones, a la vera de la Alameda de Paula, 1947

 
Durante la primera mitad del siglo XX y especialmente en las primeras décadas, estos espigones y almacenes fueron altamente explotados por diferentes compañías, y formaron parte, desde entonces, de la imagen de la Alameda de Paula limitando, a su vez, las visuales del paseo hacia el mar.
Después del triunfo de la Revolución, en junio de 1961, un Acuerdo de la Junta Central de Planificación dispuso la nacionalización mediante la expropiación forzosa, y en efecto, adjudicó a favor del Estado Cubano todos los bienes y empresas ubicados en el territorio nacional así como los derechos y acciones emergentes de la explotación de los mismos que pertenecían a personas naturales y jurídicas entre las que encontraban las empresas que explotaban el puerto de La Habana. Así consta en el Compendio de Disposiciones Legales sobre Nacionalización y Confiscación del Ministerio de Justicia.
A partir de la nacionalización antes señalada entidades estatales explotaron las construcciones de esta área entre ellas, la Terminal Marítima Portuaria Margarito Iglesias, con este nombre fueron conocidos los espigones hasta que fueron demolidos.

 

Espigones Margarito Iglesias en proceso de demolición

 
El deterioro con que llegaron a la actualidad, luego de 100 años de servicio, impidió su rescate o refuncionalización al no poder aprovechar las viejas estructuras. De allí que la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana proyectara para este tramo de mar, frente a la Alameda de Paula entre las calles Luz y Cuba, un paseo marítimo flotante que se una al que se trazará desde el Muelle de Caballería y sirva de enlace entre el Emboque de Luz y el otro espigón de Paula, hoy factoría de cerveza Antiguo espigón del tabaco y la madera.

 

03Imagen actual, vista desde la Alamenda de Paula

Imagen actual, vista desde la Alamenda de Paula

 
Instalado ya el nuevo muelle, su propósito final es generar un espacio público donde se creen zonas de descanso y se propicie el contacto con el mar. A través de una estructura flotante en forma de T, conformada por pantalanes, este se fijó al borde del muro del malecón existente por medio de pasarelas y al fondo marino con tensores para mantener su posición. El Paseo Marítimo de Paula tiene una baranda perimetral y en los extremos se ubicarán las zonas de estar, conformadas por mobiliario urbano y elementos verticales de protección solar. Contiene, además, un sistema de iluminación que garantiza su disfrute a cualquier hora del día y en la faja de las pasarelas se colocó un pavimento diferenciado con el fin de distinguir el área. Las conexiones se producen por rampas y la superficie es antirresbalable y texturizada, cumpliendo con las normas contemporáneas de accesibilidad. Esta obra constituye un verdadero regalo para la ciudad y sus habitantes.

 

Línea de deseo. Proyecto final

Línea de deseo. Proyecto final

 

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