Curiosidades acerca de las secuoyas

12 de agosto de 2016

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Josefina Cao López

 

 

La criatura considerada la más alta del mundo es un árbol: una secuoya y también la más grande en términos de volumen. Casi desafían a la gravedad y a las leyes de la física en general. Las secuoyas gigantes adquieren la máxima altura permitida por las leyes de la naturaleza, porque el agua absorbida por las raíces ya no sería capaz de ascender más alto para nutrir a las ramas.

Pero, ¿Quiénes son las secuoyas? Son árboles perennifolios muy longevos que pertenecen a la familia de las Cupressaceae, subfamilia Sequoioideae. De ellas es famosa su longevidad, con edades que rondan los mil y dos mil años. Aunque actualmente son los seres vivos más altos del planeta, en el pasado fueron superados por eucaliptos y abetos gigantes, hoy en día desaparecidos. La forma en que está diseñada su estructura es llamativa: a partir de la misma raíz crecen troncos independientes pero muy próximos unos de otros, de forma que si uno fuera dañado, los demás se desarrollaran independientemente, aunque aportando savia al tronco que la necesita.
¿Qué tamaño llegan a alcanzar? Sequoia sempervirens conocida también como secuoya roja o secuoya de California, ha llegado a alcanzar 115,61 m de altura (sin incluir las raíces) y 7,9 m de diámetro en su base. También hay otras secuoyas como la secoya gigante, Sequoiadendron giganteum, que alcanza alturas de hasta 85m y la metasecoya, Metasequoia glyptostroboides, de menor altura con unos 45m. Los ejemplares más altos han sido bautizados con diferentes nombres como: Hyperion, 115.61m; Helios, 114.58m; Icarus, 113.14m; Stratosphere giant, 113.11m; National Geographic 112.71m; Orion, 112.63m; Lauralyn112.62m, Etc.

 

 
La secuoya más famosa es la conocida como General Sherman, con 84m de alto y 11m de diámetro. Su edad se estima en ¡2 300-3 000 años! De ahí su fama. Sin embargo, la secuoya roja más vieja tiene alrededor de 3200 años; y muchas otras exceden los 600 años. Es una de las tres especies de árboles de madera roja. Su hábitat natural, que se encuentra en sistemas montañosos bastante húmedos y crecen en grupo, resguardándose de fuertes vientos y heladas, se circunscribe a una estrecha franja del oeste de Estados Unidos que abarca desde la zona meridional de Oregón hasta California central donde se la encuentra tanto en zonas llanas como en las húmedas de las colinas costeras. Los árboles más altos y más viejos se encuentran en valles y barrancos profundos donde fluyen arroyos durante todo el año y la precipitación de la niebla es constante. Por su parte, las secuoyas que se sitúan por encima del nivel de la niebla, es decir, por encima de unos 700 metros, son más bajas y pequeñas debido a las condiciones meteorológicas: ambientes secos, fríos y excesivo viento.
La corteza gruesa, rica en taninos, combinada con follaje que empieza en las alturas por encima del suelo, suministran una buena protección de los daños causados tanto por fuego como por insectos, lo cual contribuye a la longevidad de las secuoyas de la costa.
Las secuoyas proveen un hábitat para una gran variedad de mamíferos, pájaros, reptiles y anfibios. Los troncos viejos de secuoya proveen un hábitat para el búho Spotted, Bubo africanus, amenazado a nivel federal, y para el Marbled-Murrelet (mérgulo marmoleado) Brachyramphus marmoratus, especie de ave marina de California en peligro de extinción, que anida en edad madura en bosques y también en árboles.

 

 
Las secuoyas fueron introducidas en Europa en 1843 y actualmente es muy popular en parques europeos dado su alto valor ornamental. En España pueden encontrarse en la provincia de Granada, cerca de la localidad de Puebla de Don Fadrique, concretamente en el Cortijo de la Losa y fueron un regalo del duque de Wellington al Marqués de Corvera en la segunda mitad del siglo XIX. Las especies que hay son Sequoiadendron giganteum y Sequoia sempervirens. Los lugareños las llaman mariantonias y también velintonias. En Cantabria disfrutan de un singular bosquete de Secuoyas, declarado monumento natural en 2003: Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón. Posee 848 pies de Sequoia sempervirens y 25 pies de Pinus radiata que es una especie arbórea perteneciente a la familia de las pináceas, género Pinus, originaria del suroeste de los Estados Unidos, principalmente California. Fueron plantadas a finales de los años 40 y presentan un aspecto espectacular tanto por las dimensiones de los pies, con diámetros superiores al metro y alturas próximas a los 40 metros, como por el aspecto denso y cerrado de la masa provocando que apenas llegue luz al suelo.

 

 

Las secuoyas ansían la luz y por ella compiten casi de forma suicida, por esa razón se elevan en costosos troncos y ramificaciones, que quieren alcanzar el cielo, su luz, su luna y las estrellas, la libertad.

En “Fata Morgana” dice Breton (André Breton, 1896-1966, francés, escritor, poeta, ensayista y teórico del surrealismo) cuando junto a Wilfredo Lam (1902-1982, pintor vanguardista cubano) ambos ansiaban la libertad secuestrada por el nacismo; tratando de alcanzar el sol, como las secuoyas, ese sol con el que termina el poemay esos pájaros que se desprenden de las alas del monstruo de Lam, que representan el libre albedrío y la primacía de la razón.

“Vienes a mí de más lejos que la sombra yo no digo en el
espacio de las secuoyas milenarias
En tu voz hacen escala los trinos de los pájaros perdidos”…

 

Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla