Consultorios del Médicos de la Familia en el Centro Histórico

16 de septiembre de 2016

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Zenaida Iglesias Sánchez

 

Antiguas viviendas.
Hoy: Consultorio del Médico de la Familia y vivienda.

 

 

La obra social desplegada por la Oficina del Historiador de la ciudad, objetivo primordial de su modelo de gestión, se ha encaminado al beneficio directo de la población, poniendo énfasis en los centros educacionales y de salud para elevar la calidad de vida de sus habitantes, brindando espacial atención a los ancianos, la mujer embarazada y los niños.
En la década del ’80 de la pasada centuria, el gobierno cubano puso en práctica lo que se consideró una experiencia sin igual: Los consultorios del Médico de la Familia. Con esta práctica, se buscaba un médico de nuevo tipo que brindara su asistencia dentro la sociedad a una comunidad compuesta por un grupo determinado de vecinos, familiarizándose con estos pacientes, junto a la esmerada labor de las enfermeras. Los consultorios creados en cada barrio, contemplaban la vivienda del médico.

 

El centro histórico citadino no escapó a tan novedosa experiencia y para esto se llevó a cabo la reconstrucción de la antigua mansión de Jácome Justiniani, uno de los pobladores más antiguos de la otrora villa de San Cristóbal, en la calle Obrapía entre Mercaderes y San Ignacio, donde quedó instalado el primer consultorio de su tipo en la vieja Habana. Resulta curioso, que transcurridas varias décadas, este consultorio mantiene sus puertas abiertas en óptimo funcionamiento, gracias a la esmerada labor desplegada por los médicos que allí trabajan y un nutrido grupo de colaboradores, quienes han desarrollado una continua interacción con los habitantes asistidos como pacientes.

 

Este consultorio médico se encuentra instalado en la planta baja de la edificación y los altos se destinaron a viviendas, donde se radicó la doctora que un día lo inauguró por mucho tiempo.
Lo mismo ocurrió en el consultorio de la calle Mercaderes entre Lamparilla y Amargura, donde se estableció otro consultorio del Médico de la Familia, entre aquellos que se encuentran distribuidos en el territorio de la antigua ciudad. El edificio fue completamente reconstruido para compartir de igual modo esta función con la habitacional. Aquí se realizan importantes consultas para la población y mantiene vigente su trayectoria como centro de salud.

 

Cabe destacar, que si bien un número elevado de las edificaciones de los Consultorios Médicos en diversas partes del país están en total estado de deterioro, en el centro histórico habanero no han detenido su labor los médicos que laboran en estos inmuebles, porque las labores de mantenimiento continuas en los inmuebles han garantizado su vida útil.