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Conocer la vida silvestre mejora la salud de todos

10 de junio de 2016

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Todos sabemos que los seres humanos, la fauna silvestre y los animales domésticos compartimos un mismo medio ambiente, incluyendo plagas y enfermedades. De manera que los cambios que ocurran en este ambiente nos afectan, tarde o temprano, a todos.

La población humana cada día crece y exige mucho más, ante tal demanda se han producido graves daños al medio ambiente, podemos señalar entre los más perjudiciales, la deforestación de los bosques, la pérdida de hábitat, la introducción de especies invasoras y los cambios en el uso del suelo. Todos estos factores, causados por la mano del hombre, han provocado que hayamos tenido nuevos enfrentamientos con patógenos provenientes de la vida silvestre, y que han facilitado la aparición de enfermedades infecciosas nuevas y reemergentes en todo el mundo. Esto es paradójico, pues en los últimos 100 años se han logrado grandes avances en la alimentación, la salud y la economía que han favorecido el bienestar y el aumento de la población humana, pero, como señalamos al principio del párrafo, la demandas de esta sociedad humana, cada vez más exigente, han traído consigo la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, o el resurgimiento de otras que se consideraban controladas.

Algunos ejemplos de estas enfermedades son:

Ébola

El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por transmisión de persona a persona. Los brotes de enfermedad por el virus del Ebola (EVE) tienen una tasa de letalidad que es de aproximadamente 50%. Se considera que los huéspedes naturales del virus son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae. El virus del Ébola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva. Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.

 

Chikungunya

 

Aedes albopictus

Aedes albopictus

 

La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos, generalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus, dos especies que también pueden transmitir otros virus, entre ellos el del dengue. Estos mosquitos suelen picar durante todo el periodo diurno, aunque su actividad puede ser máxima al principio de la mañana y al final de la tarde. Ambas especies pican al aire libre, pero A. aegypti también puede hacerlo en interiores. Esta enfermedad se describió por primera vez durante un brote ocurrido en el sur de Tanzanía en 1952. Además de en África, aparece en Asia y el subcontinente indio. En los últimos decenios los vectores de la enfermedad se han propagado a Europa y América. “Chikungunya” es una voz del idioma Kimakonde que significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de dolores articulares que suelen ser muy debilitantes, pero que generalmente desaparecen a los pocos días. La mayoría de los pacientes se recuperan completamente. Las complicaciones graves no son frecuentes, pero en personas mayores la enfermedad puede culminar con la muerte. El virus se transmite de una persona a otras por la picadura de los mosquitos hembras infectados. Un factor de riesgo importante es la proximidad de las viviendas a lugares de cría de los mosquitos.

 

Malaria o paludismo

 

Anopheles

Anopheles

 

Es una enfermedad parasitaria que involucra fiebres altas, escalofríos, síntomas seudogripales y anemia. Es causada por un parásito que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos del género Anopheles infectados. La enfermedad constituye un problema de salud mayor en gran parte de los países tropicales y subtropicales. Se calcula que cada año se presentan de 300 a 500 millones de casos de malaria y que más de un millón de personas muere a causa de esta. En algunas regiones del mundo, los mosquitos que transmiten la malaria han desarrollado resistencia contra los insecticidas. Además, los parásitos han desarrollado resistencia a algunos antibióticos. Estas afecciones han llevado a la dificultad de controlar tanto la tasa de infección como la diseminación de la enfermedad.

 

La enfermedad de Chagas

También conocida como Tripanosomiasis americana o Mal de Chagas-Mazza, es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, causada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi. Se calcula que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas. La enfermedad de Chagas se encuentra sobre todo en zonas endémicas de 21 países de América Latina (excepto en las islas caribeñas), donde se transmite a los seres humanos principalmente por las heces u orina de insectos triatomíneos conocidos como vinchucas, chinches o con muchos otros nombres, según la zona geográfica. Hasta un 30% de los enfermos crónicos presentan alteraciones cardiacas y hasta un 10% padecen alteraciones digestivas, neurológicas o combinadas. Originalmente (hace más de 9000 años), T. cruzi solo afectaba a los animales silvestres; pero luego se propagó a los animales domésticos y los seres humanos. A causa del gran número de animales silvestres que sirven de reservorio a este parásito en América, no se ha podido erradicar.

 

Zica

 

Aedes aegypti

Aedes aegypti

 

Este es un virus emergente transmitido por mosquitos que se identificó por vez primera en Uganda, en 1947, en macacos de la India, a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla selvática. Posteriormente, en 1952, se identificó en el ser humano en Uganda y Tanzanía. Se han registrado brotes de enfermedad por este virus en África, América, Asia y el Pacífico. El vector son los mosquitos del género Aedes, sobre todo de Aedes aegypti en las regiones tropicales. Este mosquito es el mismo que transmite el dengue, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla. Los síntomas son similares a los de otras infecciones por arbovirus, entre ellas el dengue, y consisten en fiebre, erupciones cutáneas, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar y cefaleas; suelen ser leves y durar entre 2 y 7 días. Durante los grandes brotes que se han producido en la Polinesia francesa en 2013 y en el Brasil en 2015, las autoridades sanitarias nacionales notificaron potenciales complicaciones neurológicas y autoinmunitarias. Recientemente, en el Brasil, las autoridades sanitarias locales han observado un aumento de las infecciones por este virus en la población general y, coincidiendo con él, un aumento de los casos de síndrome de Guillain-Barré y de los recién nacidos con microcefalia.

 

Enfermedad de Lyme

 

Garrapata de patas negras

Garrapata de patas negras

 

Es una infección bacteriana causada por la bacteria llamada Borrelia burgdorferi que se disemina a través de la picadura de uno de varios tipos de garrapatas, como las garrapatas de patas negras del género Ixodes. Las garrapatas las adquieren cuando pican ratones o venados infectados con dicha bacteria, y los seres humanos cuando nos pica la garrapata infectada. Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1909 en Europa como “eritema crónico migratorio”; entre 1920-1940 fue llamada “neuroborreliosis”. En el año 1975 se describió por primera vez en los Estados Unidos en Lyme (Connecticut), de donde deriva su nombre actual. En 1981 fue aislado el agente causal. Está asociada con áreas arboladas y los prados donde viven los ciervos y roedores salvajes.

Por lo tanto, ¿por qué son tan importantes los estudios de la vida silvestre? Porque el 60% de estas enfermedades en los seres humanos están causadas por agentes patógenos que se propagan de los animales.

La investigación de estos patógenos en la fauna silvestre es esencial para conocer el origen y las causas que provocan estas enfermedades, y para desarrollar con éxito las estrategias que mitiguen y controlen estas amenazas.

Mosquitos, chinches, garrapatas y muchos otros artrópodos son responsables de la transmisión de virus como el del Dengue, Chikungunya y el virus del Nilo Occidental. De protozoos que causan la malaria y la enfermedad de Chagas; y debacterias, como es la enfermedad de Lyme, que infectan a miles de millones de personas cada año. La alteración del ambiente puede favorecer la proliferación de estos vectores y de las enfermedades que transmiten.

Veamos un reciente estudio de la malaria en aves silvestres realizado por Dr. Alfonso Marzal Reynolds, profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Extremadura y miembro del grupo de investigación Biología Evolutiva y Etología, que demuestra cuán importante es el estudio de la vida silvestre para nuestra salud.

Señalan el profesor Marzal y su equipo, que hoy en día, el estudio científico de las aves proporciona una información muy valiosa sobre la salud de nuestro mundo y las consecuencias del cambio global que sufre el planeta. Apuntan que, en muchas ocasiones, las enfermedades infeccionas emergentes tienen su origen en la destrucción del hábitat natural. Ellos han estudiado la malaria aviar porque es uno de los principales indicadores de calidad ambiental en una región. Han analizado la infección por malaria en aves del Amazonas, la principal reserva natural del planeta. Allí han detectado que la incidencia de esta enfermedad en aves de zonas deforestadas del Amazonas es tres veces mayor que en áreas de bosque conservadas muy próximas. Es un resultado que demuestra la importancia de preservar los bosques como medio para cuidar nuestra salud. Comprobaron también la presencia de una especie de malaria invasora, Plasmodium relictum, en ocho especies de aves del Neotrópico, lo que indica cambios en el ambiente que favorecen la colonización de especies exóticas. Esto implica graves problemas en la salud de todos los organismos del ambiente, incluyendo a las personas. Este protozoo ha sido el responsable de extinciones de aves en todo el mundo y está presente en el 39% de las infecciones analizadas en el límite con la Amazonía peruana.

 

Plasmodium relictum

Plasmodium relictum

 

Los casos de malaria han aumentado más del 50% en el último año en algunos países de Sudamérica. En 2015, 214 millones de personas se infectaron con malaria.

Hay que destacar que la mayor parte de la vigilancia y las investigaciones sobre enfermedades infecciosas se realizan en Europa, Norteamérica y Australia. Sin embargo, las áreas de mayor riesgo de estas enfermedades zoonóticas de la vida silvestre están en África Tropical, América Latina y Asia. Por tanto, urgen estudios de vigilancia y seguimiento sobre los parásitos de vida silvestre en estos lugares.

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.

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