Chocolate para la memoria

25 de octubre de 2013

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Heidy González Cabrera

De lo simple a lo profundo, así pudiéramos definir la continua experimentación de la ciencia en aras de encontrar soluciones para problemas inquietantes que presenta la salud humana.
Entre esos dilemas acuciantes podemos incluir la pérdida paulatina de la memoria, muy en particular  en la medida que avanza la edad, aunque no están exentos adultos con tales signos, mucho antes de alcanzar los 60 años.
Por tanto, el cerebro constituye un órgano “diana” en la búsqueda de  respuestas indispensables para esos fallos, de los que -por suerte-, escapa un gran porcentaje, algo que induce a pensar que no es un factor generalizado en la llamada Tercera Edad.
En este nuevo intento de descifrar el misterio, no se acudió a desarrolladas terapéuticas ni a la utilización de drogas novedosas. Sencillamente, apelaron a los beneficios probados de un antiguo y gustado alimento de la mayoría: el chocolate.
El procedimiento fue muy sencillo. Tomaron como muestra un grupo de 60 personas con un promedio de 73 años de edad y les ofrecieron dos tazas diarias de chocolate durante un mes; vencido ese tiempo,  se registraron indudables mejorías en sus funciones cerebrales.
Los expertos comprobaron que 18 de los pacientes que presentaban problemas de circulación sanguínea antes del estudio, habían mejorado en un 8 % los flujos sanguíneos hacia diferentes zonas del cerebro y, en consecuencia, aumentaron su destreza.
De esa forma, confirmaron que el cacao en los ancianos favorece la irrupción de sangre al cerebro, factor primordial para recuperar sus capacidades mentales.
El profesor Farzaneh A Sorond, responsable principal de la investigación, y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología, tras publicar el resultado del estudio, comentó:
“Estamos aprendiendo más sobre la circulación de sangre en el cerebro y sus efectos en las habilidades para razonar. El acoplamiento neurovascular, vínculo entre el cerebro y la sangre que se bombea hasta él, desempeña un papel importante en enfermedades como el Alzheimer, por lo que resulta necesario continuar con los análisis”.
Aunque los resultados fueron alentadores, la comunidad científica considera determinante profundizar en las pesquisas para vincular los beneficios de la cocoa en la circulación sanguínea, y reafirmar la mejoría aportada en aquellos casos con disminución de la memoria en la tercera edad.