Centenario del Museo Nacional
19 de abril de 2013
|Nuestro Museo Nacional ha arribado al siglo de existencia. Tan importante institución no nació realmente de la iniciativa oficial, sino del sueño de un intelectual: el arquitecto Emilio Heredia y Mora (1872-1917) quien quiso dotar a la naciente República de una institución que atesorara exponentes importantes asociados con la historia y la cultura cubana y universal. Este dio a conocer el 5 de noviembre de 1910 en el periódico habanero “La Discusión” sus propósitos, y el 5 de diciembre siguiente, el Gobierno de José Miguel Gómez lo declaró Comisionado honorífico, sin asignarle ingreso monetario alguno.
Aún en estas condiciones, Heredia logró reunir un grupo de exponentes, que incluían objetos personales de patriotas, manuscritos de autores cubanos, maquetas para monumentos, copias de cintas fílmicas del naciente cine cubano, algunas obras pictóricas y hasta un conjunto de exponentes empleados en los rituales religiosos afrocubanos.
El Museo fue inaugurado el 1 de marzo de 1913 en una casona de la calle Concordia donde los objetos se acomodaron de la mejor manera posible a pesar de lo inadecuado del local. El fundador, que acababa de ser nombrado Director, apenas tres meses después, en julio, fue cesanteado por el nuevo gobierno.
Como sucedió con otras instituciones, ellocal y presupuesto del Museo siguieron los más variados vaivenes políticos. Según Jorge Rigol, uno de sus directores descubrió un día que cierto personaje vinculado al poder visitaba el lugar con mucha frecuencia y decidió acercarse a él para pedirle que intercediera para poder lograr ciertas mejoras presupuestarias, para su decepción comprobó pronto que aquel sujeto empleaba sus salas para encontrarse furtivamente con una amante pues se mantenían habitualmente desiertas.
Durante los gobiernos del Partido Auténtico comenzó a buscarse una sede estable para el Museo y se habló de emplazarlo en el sitio donde se levantaba el viejo Mercado del Polvorín, aprovechando para el nuevo edificio algo de la hermosa estructura en piedra de aquel lugar. Este proyecto estuvo paralizado y se retomó después del golpe de estado de Batista. Con muy poco aprecio por las viejas estructuras, el Polvorín se demolió y sólo se salvaron dos pequeños arcos, que fueron encontrados durante la restauración realizada a inicios del presente siglo. Por fin, el nuevo Palacio de Bellas Artes pudo abrir sus puertas en 1954.
A partir de 1963 la institución perdió su carácter polivalente y quedó consagrada a las Bellas Artes en dos vertientes: Arte universal y Arte cubano. Su formato actual, con dos edificios dedicados a exhibir sus colecciones y uno consagrado a tareas técnicas y administrativas, lo ganó en 2001.
En la actualidad, nuestro Museo recibe miles de visitantes al año y ha sido sede de importantes muestras transitorias, así como de conferencias y eventos en los que han participado numerosos especialistas de diversas partes del mundo. Lo que comenzó por ser un sueño individual es hoy una institución emblemática de la nación.
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