Celos en la pareja: ¿beneficiosos o no?

14 de febrero de 2014

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Raúl Fuillerat Alfonso

Aunque hoy precisamente 14 de febrero, estamos celebrando el Día de los enamorados o de San Valentín, y no es por aguar la fiesta como decimos popularmente, sino, precisamente, el objetivo es el contrario, es el reflexionar acerca del amor cuando puede peligrar por algo tan improductivo e innecesario como los celos.
Según el diccionario de la lengua española, la palabra celos significa, cuidado, esmero que se pone en el cumplimiento del deber. Otra acepción es la de una gran actividad inspirada en la fe religiosa o por el afecto a una persona, y por último, se dice que es el recelo que inspira el bien ajeno.
También la palabra celo se refiere a la época de cubrirse los animales, es decir, de estar en plenitud de reproducción, y por último, aparece en el diccionario, que el celo es la inquietud de la persona que teme que aquella a quién ama, dé la preferencia a otra, pero aclara el diccionario en esta definición, después de colocar dos puntos y seguido, que: “tener celos infundados”, o la acción de dar celos, o de dar motivos para que otros lo sientan, es decir, agregaría yo, para que los sufran. De todas las acepciones de la tan llevada y traída palabrita, nos estaremos refiriendo a esta última acepción.
Muchas veces hemos escuchado decir esa frase de que: “Un poquito de celo de vez en cuando, y de cuando en vez, no es malo, al contrario, alimenta el amor  en la pareja”, o esa otra de que “Celar es una prueba más de amor”. Estas frases, y muchas otras, pero que todas en sentido general, pretenden justificar, o darle crédito a los celos,  ya tienen tanto tiempo, y se dicen por tantas personas, que para muchos resulta un dogma, el cual se va heredando de generación en generación, justificándose también con el hecho de que es la herencia y los genes, los culpables de las actitudes celosas, y entonces te dicen: “ Es celoso(a), igualito(a) que su padre o que su madre”. ¿Es así o no la realidad de este cuento de los celos y los celosos?.
Otros afirman que el celo es una muestra de inseguridad, de reclamo de atención, y que en muchas ocasiones esta muy vinculado a personas con trastornos de la personalidad, menos o más graves, pero casi siempre tienen como base algunos trastornos de la personalidad. Hay quienes afirman que es una reacción emocional negativa, y otros contrariamente que no, que es una forma de querer, de decir , “te quiero”. Muchos otros afirman que puede deteriorar la relación de pareja, sobre todo, cuando una de las partes resulta ser la victima del celoso victimario, y otros contrariamente dicen que la fortalece. Increíblemente, hay quienes dicen que disfrutan con celar, y otros con que los celen, aunque una gran mayoría, afirma padecerlos. Entonces, ante tantas alternativas con relación al celo, analicemos el término desde diferentes ópticas. ¿Son los  genes o es un problema educativo? ¿Se hereda o se imita esta conducta? , ¿Es un vicio emocional negativo, o es una virtud? , ¿Son personas inseguras, o son realmente adivinos que ven venir las cosas, y solo quieren tomar medidas para que no sucedan?
Los celos constituyen un comportamiento que se adquiere a partir del medio en que nos desarrollamos. Los ambientes machistas, los padres celosos, parejas inestables y familias disfuncionales son propiciadores de modelos de actitudes de celos que los más pequeños van adquiriendo e incorporando a su comportamiento hasta que los condicionan como parte de sus normas, estilos y formas de convivencia y vida. No se ha demostrado que exista un factor genético que determine que este relacionado con la herencia biológica. Infinidad de estudios si han demostrado lo contrario, se adquieren a partir de la propia herencia social.
Las personas que padecen de celos, en su mayoría son inseguras. Cuando no existe una seguridad relativamente estable, y una relación de confianza entre ambos miembros de la pareja, el celo puede campear por su respeto, y puede contribuir, decididamente, al deterioro y destrucción de esa relación de pareja, que pudiera haber prevalecido en el tiempo.
Esta inseguridad puede responder a las más disímiles causas, pero de ellas les propongo continuar conversando la próxima semana.