Carpentier y la música en la radio
17 de febrero de 2017
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Sin duda alguna, la figura de Alejo Carpentier constituye un hito en la cultura cubana. Escritor, ensayista, periodista, músico, crítico… sin olvidar la huella dejada por él en la radio cubana, cuando –luego de su experiencia en París junto a Paul Deharme– demostró la importancia de la música en la dramaturgia de los programas. Es por eso que escogí este aspecto de su vida para mi comentario de hoy.
Según sus propias palabras, al referirse a un espacio de entonces titulado: “Universidad del Aire”: “La música y la conferencia formarán siempre el núcleo central, la base seria de todo sistema de emisiones.”
Como buen conocedor de la radio, Carpentier abordó todos los aspectos técnicos relacionados con este medio de difusión masiva, y aunque algunos se mostraron escépticos a los cambios, otros vislumbraron un horizonte lleno de nuevas posibilidades. También consideraba importante la utilización de los efectos sonoros y la música en función dramática, a pesar de que en los años 30 de la pasada centuria, todo se hacía de manera empírica. Pero cuando él demostró lo que era capaz de lograr un platillazo como transición, alternando con una obra de compositores como Stravinski o Villa-Lobos, la incredulidad cedió paso al asombro. En ese sentido, Carpentier expresó que un monólogo, por ejemplo, exigía música o efectos como fondo. Pero aclaó: “No quiero que se entienda por ello el estúpido sistema de la “melopea” consistente en declamar versos mientras un violín ejecuta la “Serenata” de Toselli. Pero la palabra acompañada de ritmos y melodías o de simples acordes, cobra un relieve poético extraordinario.
Cierto que algunos realizadores actuales utilizan la música adecuadamente en los programas dramatizados, pero el criterio de “la música por la música”, está bastante generalizado en Cuba. Incluso, no se tienen en cuenta los planos sonoros y en un diálogo, por ejemplo, el nivel musical es tan alto que molesta, porque impide escuchar bien el texto. No olvidemos que la música, como decía Carpentier, juega un rol fundamental en la dramaturgia radiofónica o televisiva, pero puede convertirse en ruido si no la utilizamos adecuadamente.
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