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Capilla de Pedro Baró y Catalina Lasa / Cementerio de Colón

8 de febrero de 2013

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Panteón de la familia Baró

La capilla de singular belleza que guarda los restos de la pareja formada por Catalina Lasa y Pedro Baró, fue construida en 1932. Unidos estuvieron en la vida y después en la muerte, desafiando credos y prejuicios, para dar lugar a una de las más bellas historias de amor, que revolucionó la sociedad habanera de la época republicana en la isla. Todo porque presentaron el divorcio a sus respectivos cónyuges para vivir su pasión.

Poco pudo Catalina disfrutar la unión con su amante, porque enferma de tuberculosis la muerte la sorprendió tempranamente. Para ella Baró erigió el sepulcro monumental al estilo Art Nouveau con toda la sobriedad y elegancia que lo caracteriza.

La capilla quedó conformada por un bloque rectangular monolítico con un ábside de planta semicircular. Empleó valioso materiales en su construcción, como el mármol blanco, el granito negro pulido para la portada y puerta, y en el ábside se colocaron, simétricamente, franjas de cristal Lalique, recurso decorativo que proporciona luz al interior. La majestuosa portada llama la atención en la distancia, donde quedó tallada una cruz latina con dos figuras aladas en posición de reverencia y adoración, bordeada por una cenefa de rosas a las que dio el nombre de su amada, luego que Pedro Baro mandó a crearlas a través del injerto de otras especies.

Numerosas leyendas se han tejido junto a la capilla, cuentan que junto a la tumba de Catalina su esposo colocó un ramo de esas rosas confeccionado con piedras preciosas, y que a determinada hora del día, los rayos de sol penetran por los cristales iluminando de un modo peculiar la tumba. Estos mitos se han visto reforzados por la circunstancia de que no se puede acceder a su interior, pues por deseo expreso del Sr. Baró, que también fue enterrado en esta capilla, ambas tumbas fueron clausuradas con losas de hormigón fundido in situ para evitar que alguien pudiera profanarlas, clausurándose también la puerta. Además, se dice que Baró se hizo enterrar de pie para velar eternamente a su amada. De ahí que se ha convertido este monumento funerario en un símbolo de amor incomparable.

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