Callejón de Jústiz
19 de noviembre de 2018
|Centro Histórico La Habana Vieja
Estamos hablando de la historia de otra de las calles pequeñas que conserva la antigua ciudad, porque solo tiene dos cuadras que corren entre las de Oficios y Avenida San Pedro. En esta ocasión, el callejón de Jústiz, que se llamó así por uno de sus vecinos más poderosos y distinguidos, el señor Marqués de Jústiz de Santa Ana, quien vivió, según refieren los historiadores en la esquina que hace esta calle con la del Baratillo, donde tuvo su residencia y la de su familia. Se dice que era una calle de nobles casas.
Sin embargo para el historiador Jacobo de la Pezuela era un callejón estrecho, húmedo y desaseado, formado por altos edificios…
Se llamó antes de San Ambrosio, porque se enfrentaba con el colegio del mismo nombre ubicado en la calle de los Oficios.
Si algo realza su historia, es que en este callejón estuvo la primera casa que sirvió de teatro para la ciudad, cuando era propiedad de un señor de apellido Mazorra, antes de construirse el Coliseo o Teatro Principal en un extremo de la Alameda de Paula, luego desaparecido. Se dice que en aquel espacio hizo sus representaciones la primera artista cubana llamada doña Leonor López, quien tenía la facilidad de recitar de memoria comedias enteras de Lope de Vega y Calderón de La Barca.
Por ello se le llamó “Casa de la Comedia”, al inmueble que se recuperó en la década del ‘80 del pasado siglo XX en la esquina de Baratillo y Jústiz, para adoptar precisamente tal función, porque acogió en sus salones y el patio a reconocidos grupos de teatros que allí hicieron sus representaciones. Luego el lugar se deterioró y recientemente se recuperó aprovechando su espacio abierto para la Feria de libros de usos.
En el callejón de Jústiz también radica en nuestros días la sede de la prestigiosa sociedad “Dante Alighieri”, que desarrolla una meritoria labor que contribuye a estrechar los vínculos culturales entre Cuba e Italia.
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