Calle San Juan de Dios

22 de marzo de 2017

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Zenaida Iglesias Sánchez

 

 

La pequeña arteria citadina, cuyo recorrido está formado por cinco calles solamente, tomó su nombre de la plaza y hospital de San Juan de Dios desaparecidos; el centro de salud nombró al espacio público y uno de sus lados lo conformó esta calle, en el actual parque Cervantes. Siglos atrás su recorrido fue aún más corto, porque estaba conformada por una sola calle delimitada por las de Habana y Compostela, donde se distribuyeron alrededor de quince casas de modesta factura.

 

 

Afirma Manuel Fernández Santalices en su libro Calles de la Habana… que desde que fue demolido el antiguo convento de Santa Catalina (1924), que se extendía desde la calle O’Reilly a Empedrado, esta calle formó una sola con la de Progreso, aunque conservaron sus nombres. Por lo que San Juan de Dios tiene ese trayecto que se extendió desde la calle Aguiar hasta la de Aguacate.

En la famosa novela de Cirilo Villaverde Cecilia Valdés o la loma del Ángel, se ubica por estos parajes la vida diaria de la protagonista y en la misma calle San Juan de Dios entre Compostela y Habana la casa de la madre de Cecilia. Por entonces se encontraba poblada por uno y otro de sus lados de modestas construcciones de una sola planta y cubierta de rojos tejados.

 

 

Se cuenta que el conducto de agua de la Zanja Real que llegaba al callejón del Chorro en la plaza de la Catedral corría por esta calle desde la de Egido, hasta que las nuevas construcciones que se levantaron interrumpieron su curso.

Se conoció además con otros nombres, como calle de La Pólvora; Padre Sánchez y Vigía del Morro, porque el vecino que desempeñaba este cargo vivió en ella durante el siglo XIX; también se llamó cerrada de Santa Catalina y en las primeras décadas del pasado siglo XX se cambió su nombre por el de Julio de Cárdenas, destacado alcalde de la ciudad entre 1906 y 1909, quien vivió y murió en la casa esquinera de la calle Habana. Pero, su nombre antiguo continuó prevaleciendo, como las leyendas que atesora.

 

 

La calle San Juan de Dios en la actualidad hace gala de su eclecticismo por la cantidad de edificios que por cada uno de sus lados se levantan desafiando varios pisos de altura y asumiendo en las fachadas la variedad de estilos propia de los códigos formales de la época en que fueron construidos.