Bullying (I)
18 de septiembre de 2019
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El término bullying ha ganado popularidad en los últimos tiempos, a pesar de no ser un fenómeno nuevo. Existen varios tipos, hoy estaremos comentando sobre el bullying escolar que se caracteriza por el acoso y/o intimidación del abusador sobre la victima dentro del ámbito de la escuela. Se define como una práctica de conducta cruel o dominante sobre otros, generalmente menores o más débiles. Los más comunes son el físico, el verbal y el social.
El acosador disfruta sintiéndose superior al acosado (la mayoría de las veces por sentirse inferior) y se regocija con el sufrimiento de este. La exposición repetida de esta condición por parte de la víctima puede traer consigo consecuencias graves a nivel sicológico, llegando incluso al suicido. En la mayoría de los casos no lo conversan con la familia o profesores, por vergüenza o miedo.
Es muy común que el acosador tenga una baja autoestima y necesite sentirse superior para suplir la baja confianza en sí mismo, también se sabe que el origen de la violencia en adolescentes y niños acosadores podría tener origen en el modelo de padres agresivos, la mala relación entre padres y familiares, la ausencia de normas de convivencia, de valores podrían ser causas probables del desarrollo de este fenómeno, aunque no es el único.
En una investigación realizada con adolescentes en el municipio Habana Vieja, conversando con ellos, nos dimos cuenta que en muchos casos ni siquiera se dan cuenta de que están siendo víctimas de este fenómeno, sobre todo cuando es de carácter sicológico, ya que solo entienden como bullying el maltrato físico y aún así no lo comunican a sus padres o profesores. Los adultos debemos estar alertas para detectar cuando nuestros hijos o familiares están resultando afectados por la violencia tanto en la escuela como en las comunidades.
Por estudios realizados se conoce que los efectos sicológicos negativos que sufren los adolescentes y niños víctimas de bullying permanecen durante años, pudiendo afectar su desarrollo en muchos aspectos de la vida y en muchos casos la víctima llega a convertirse en victimario.
Es importante una buena comunicación con nuestros adolescentes, observar sus posibles cambios de hábitos o de carácter en la casa o en el entorno escolar, siempre hay comportamientos que nos hacen percibir que pueden estar siendo acosados. Un adolescente que pierde el interés en la escuela sin motivo aparente, que se aísla de sus compañeros o amigos, que cambia la forma con relacionarse con sus compañeros o familiares, puede estar siendo víctima de acoso.
Toca a nosotros los adultos ayudarlos a enfrentar y combatir el problema, no debemos olvidar que la adolescencia es una etapa de cambios que muchos adolescentes no saben cómo enfrentar, de nosotros depende que sea una etapa feliz y como tal sea recordada.
En la próxima edición trataremos sobre los diferentes tipos de bullying y algunas herramientas para reconocer cuando alguien está siendo víctima del mismo.
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