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Blanquita Amaro

3 de febrero de 2017

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Blanquita Amaro 3

Una vez que terminamos de publicar en esta sección la gran mayoría de las epístolas que figuran en nuestro libro Ernesto Lecuona: cartas, que se vende en varias de las librerías del país, procedemos a incluir en De Ayer y de Siempre muchas de las notas biográficas publicadas al final de la obra.

Ellas tienen como objetivo informar a los lectores quiénes son las personalidades citadas en las cartas.

 

Amaro, Blanquita (San Antonio de los Baños, La Habana, 1923-Miami, Florida, 2007). Bailarina y actriz. A los dos años de edad vino a residir en la capital cubana junto con sus familiares. Tras incursionar en espectáculos de variedades, en 1934 inició su carrera profesional en la obra Tierra baja, del dramaturgo español Ángel Guimerá, como integrante de la compañía de Otilia Robles, quien en esa época de escasez de recintos teatrales presentaba su colectivo en una carpa levantada en la avenida Santa Catalina, esquina a Párraga, en la barriada de la Víbora.

Seguidamente hizo actuaciones radiales, y en 1939 sucedió su debut cinematográfico en el filme Cancionero cubano (Dir.: Jaime Salvador), punto de partida de su ulterior presencia en películas de México, Argentina y España. Su creciente interés por la actuación la llevó a integrar, entre marzo y abril de 1941, la compañía de Eugenia Zuffoli, que entonces anunciaba la cartelera del habanero Campoamor. Participó en las obras Departamento para señoritas (Juan F. Moreno Roza), Siete mujeres (Leandro Navarro y Adolfo Torrado), La prisionera (Edouard Bourdet), Prostitución (Luis Fernández Ardavín)…

Más adelante, en ese coliseo, sería tiple de la compañía de Miguel de Grandy y con ella actuó en representaciones de La verbena de la Paloma, Las leandras, La Dolorosa, Los claveles, María la O y Cecilia Valdés, entre otros títulos. A partir del 15 de marzo de 1943 De Grandy, unido al empresario Edgardo Lescano Abella, la contrató para una temporada de arte lírico en el América. Tres días antes se había hecho aplaudir allí mismo durante una función única, auspiciada por el Patronato del Teatro, de la pieza El amor de un extraño (Frank Vosper), que dirigiera Lorna de Sosa.

En 1943 partió hacia México para actuar en radioemisoras, teatros, cabarés y la cinematografía de ese país. De esa forma proyectaba su carrera fuera de la patria, lo cual le propiciaría éxitos, además, en Panamá, Argentina y España. En algunos de esos países se le identificó como «la reina de la rumba» y «la reina del mambo», ya en la etapa en que el baile ocuparía un orden primario en sus presentaciones.

Entre otros largometrajes en que actuó figuraron: Prófugos (1940, Cuba, Dir.: Ernesto Caparrós), Hotel de verano (1944, México, Dir.: René Cardona), Escándalo de estrellas (ídem, Dir.: Ismael Rodríguez), Embrujo antillano (1947, coprod. Cuba-México, Dir.: Geza P. Polaty, Juan Orol), Una noche en el Ta-Ba-Rin (1949, Argentina, Dir.: Luis César Amadori), Rincón criollo (1950, Cuba, Dir.: Raúl Medina), El seductor (1950, Argentina, Dir.: Luis Bayón Herrera), Buenos Aires a la vista (ídem), A La Habana me voy (1951, ídem), Una cubana en España (1951, España, Dir.: L. Bayón Herrera), Locuras, tiros y mambos (1951, Argentina, Leo Fleider), Bárbara atómica (1952, Argentina, Dir.: Julio Saraceni), Bella, la salvaje (1953, Cuba, Dir.: Raúl Medina), Mi viudo y yo (1954, Argentina, Dir.: Enrique Cahen Salaberry) y Casada y señorita (1954, Argentina, Dir.: Carlos Rinaldi).

Considerada entonces la primera vedette de Cuba, debutó el 14 de marzo de 1959, en el habanero Martí, en la compañía Teatro Cubano Libre, en la revista El penúltimo cuplé (L.: Carlos Robreño / M.: Rodrigo Prats). Se radicó en Estados Unidos de Norteamérica durante los años sesenta, y efectuó presentaciones teatrales y televisivas en Miami.

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