Ayer y hoy del cine griego en la cinemateca

18 de septiembre de 2018

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Luciano Castillo

 

 

Desde este miércoles 19 y hasta el domingo 23 la Cinemateca de Cuba exhibe el este ciclo «Ayer y hoy del cine griego», que reúne siete exponentes del cine heleno, además del documental Margot (2002) y el corto de ficción Nuestra señora de los perros (2002), realizados en Cuba por Evi Karampatsou, una creadora de ese país. Tras una etapa de incertidumbre su cinematografía renació a fines de los años cuarenta del Siglo de Lumière. Por supuesto que durante un período ejerció su influencia el neorrealismo italiano, con su apego a la cotidianidad, presupuestos ínfimos y la participación de actores no profesionales.

A mitad de los años cincuenta los estudiosos señalan el surgimiento de una Edad de oro con la presentación en el Festival de Cannes de Stella (1955) que marcó el descubrimiento internacional del potente talento de la actriz Melina Mercouri y del realizador greco-chipriota Mihalis Kakogiannis (1922-2011), a quien los distribuidores optaron por occidentalizar su nombre como Michael Cacoyannis. No por gusto seleccionamos Stella y Una muchacha negro (To koritsi me ta mavra, 1956) para esta muestra, y es que estos dos títulos representaron el bautismo del público cubano con el cine griego; la primera en 1957, cuando alarmó a los miembros de la Oficina Católica Internacional del Cine en Cuba, quienes recomendaron su prohibición para los espectadores por contener «escenas de amor eróticas que, sin caer en la pornografía, resultan inmorales por su fuerza y crudeza». La segunda, fue estrenada como La mujer de negro en 1958 y por su aliento de tragedia clásica, señalado por la crítica, llamó la atención de Tomás Gutiérrez Alea, quien escribió una reseña crítica sobre la película.

Nunca en domingo, dirigida por Cacoyannis, recibió nominaciones para cinco premios Oscar y proporcionó en 1959 a la volcánica Mercouri el galardón a la mejor actriz en Cannes. Pero el cineasta alcanzaría la consagración definitiva en 1964 con Zorba el griego, laureada con tres distinciones de la Academia hollywoodense. Su filmografía está presente en la muestra con tres obras representativas de su estilo.

De otro gran nombre del cine helénico que pronto trascendió sus fronteras, Theo Angelopoulos (1935-2012), presentamos La eternidad y un día (Mia aioniotita kai mia mera, 1998) una de las tantas obras maestras que legó al séptimo arte, avalada por la Palma de Oro en Cannes (1997). De los hacedores del cine de hoy y de mañana presentamos en esta noche inaugural a Yannis Smaragdis con su aproximación biográfica a la vida del pintor que en el siglo XVI sorprendió a todos, y ha devenido la producción más costosa en la historia del cine griego.

 

 

Christoforos Papakaliatis retorna con Mundos diferentes (Enas Allos Kosmos, 2015), cinta capaz de atraer la atención de todos por su guion y la excelencia de las interpretaciones, mientras que Elias Demetriou lo conoceremos a través de su interesante Smac (2015). Esta ecléctica selección contribuirá seguramente a suscitar el interés por una cinematografía en continua plenitud y florecimiento con la que retomamos el contacto después de varios años sin que se difundan sus obras en las salas de la isla.