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Augusto Lunin

30 de enero de 2024

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El agente nazi cuya información a los Servicios de Inteligencia del Tercer Reich condujo al hundimiento de varios mercantes cubanos y a la pérdida de numerosos tripulantes que jamás regresaron a sus hogares, se nombró Augusto Lunin:

Este agente se introdujo en Cuba con un pasaporte hondureño falso, se estableció primero en un hotel y después en una vivienda de la calle Teniente Rey, en La Habana Vieja, simuló entre el vecindario ser un honrado comerciante y radió desde allí las coordenadas de las embarcaciones cubanas que luego serían echadas a pique por los submarinos alemanes.

Su arribo tuvo lugar el 29 de septiembre de 1941 en el vapor Villa de Madrid. Hablaba español correctamente, con ligero acento extranjero y era un individuo de complexión fuerte, alto, joven y de cabello negro.

Prontamente se dedicó a acopiar informaciones, que escuchaba en sus conversaciones por la ciudad y los bares aledaños al puerto. Después, Lunin se encerraba en su habitación  y desde una planta de transmisión emitía los partes con los datos. La señal era captada por los submarinos alemanes que merodeaban en los mares alrededor de Cuba. Pero también por escrito les ratificaba sus informaciones. Así, una y otra vez.

Los servicios cubanos de contraespionaje —en colaboración con agentes del Buró Federal de Investigaciones de Washington— comenzaron a operar muy discretamente, y lo hicieron con profesionalidad, a partir del chequeo de la correspondencia, por donde surgieron las primeras sospechas al descubrirse un mensaje escrito con tinta simpática.

Aún no se tenía ningún nombre, pero se redobló la vigilancia acerca de las transacciones económicas a favor de individuos extranjeros y finalmente fue por el correo —la detección de una firma, que hizo un cartero y su posterior localización— como se dio con el nombre y el rostro de Lunin.

Cuando lo detuvieron y se practicó un registro en su domicilio se completó el número de pruebas de un cuantioso expediente. Se le puso a disposición del Tribunal de Urgencia de La Habana y se afirma que colaboró en las investigaciones. Fue sentenciado a la pena capital por fusilamiento, ejecutada el 10 de noviembre de 1942.

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