Arco del Convento de Belén
4 de diciembre de 2015
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El peculiar arco de la calle Acosta en nuestra ciudad antigua es un elemento único en su tipo, admirado por todos los habitantes que transitan por sus inmediaciones, forma parte del antiguo conjunto religioso –convento e iglesia de Nuestra Señora de Belén– que fue construido en las primeras décadas del siglo XVIII.
El antiguo convento betlemita, considerado el de mayor extensión en nuestro centro histórico, a través del tiempo fue remodelado en diferentes ocasiones, amplió sus predios paulatinamente hasta alcanzar las dimensiones que muestra en nuestros días. El arco, cuya construcción se atribuye al maestro de obras Pedro de Medina, forma parte del mismo, dando una peculiar perspectiva a la calle Acosta.
El Arco de Belén se construyó hacia 1775 para que sirviera de comunicación entre el convento y sus instalaciones contiguas, desde el mismo momento de su fabricación hasta nuestros días, es considerado por los especialistas un notable exponente urbanístico, lo cual no deja lugar a dudas.
A finales de la década del ’80 comenzaron los trabajos de restauración del valioso conjunto religioso, tomando en cuenta lo monumental de la obra, se ha ido recuperando por etapas toda la edificación. Estos trabajos llegaron hasta el Arco de Belén para fortuna los habaneros y de todo el que reconoce la importancia de la edificación y el significativo elemento arquitectónico, que se encontraba en muy mal estado de conservación, a pesar de que en otras épocas se trabajó para evitar su pérdida.
Los especialistas de la Oficina del Historiador han rescatado del deterioro y del olvido el colosal edificio que hoy desempeña una importante labor humanitaria y el Arco de Belén muestra ahora una imagen más digna, para beneplácito de quien a diario transita bajo su sombra.
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