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Apreciaciones de José Martí sobre el español Pablo Insua

30 de noviembre de 2018

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Ernesto García Peña (Matanzas, 1949) Óleo sobre tela 95 x 85 cm Colección de la OPM

Sin título, Ernesto García Peña (Matanzas, 1949)
Óleo sobre tela, 95 x 85 c, Colección de la OPM

 

José Martí expuso consideraciones sobre la vida y labor del gallego Pablo Insua en un trabajo publicado en el periódico Patria en la edición correspondiente al 5 de diciembre de 1893.

En la parte inicial del citado trabajo precisó que sería injusticia suma, y suma ingratitud, al hablar de los gallegos que eran simpatizantes o colaboradores de la gesta independentista de los cubanos no poner una flor de las que no se secan sobre la sepultura cubierta de nieve de Pablo Insua.

Precisó seguidamente: “Él fue el héroe modesto y eficaz de la tentativa de los cubanos por la independencia, después el Zanjón: el héroe en Nueva York.”

Martí también expuso que quién no conozca la larga lucha de Galicia por sus derechos ofendidos, la emigración voluntaria de sus mejores hijos en busca de justicia y dignidad, la levadura sorda y creciente de emancipación del territorio arruinado en torno al paso feudal, el partido formal de independencia creado en Galicia con lo mejor del país, hubiera extrañado aquella pasión de hijo, aquella abundancia de la bolsa, aquella república viva y ardiente, con que defendía Pablo Insua la libertad cubana.

Y también resaltó: “Todavía al pie de su cadáver hubo quien, con poco conocimiento del mundo, dudó de la sinceridad de aquel magnífico gallego. Y hoy, el que dudo, le pone la flor sobre su tumba.”

Se refirió de inmediato a las características físicas y el modo de comportarse de Pablo Insua.

Detalló que de cuerpo era pequeño y cargado de canas y especificó seguidamente: “En su hablar había pena, como la de quien lleva en sí la de los demás; y cultura y decisión.”
Comentó que dos clubs eran por entonces los más activos en New York y los dos eran de obreros suyos porque aquel gallego no daba obra en su casa sino a quien pagaba el diezmo de ella a la independencia de Cuba.

Y de inmediato aseguró: “Pero el dinero era lo de menos: lo que de hermoso había alrededor de él, era la mesa de los obreros todos, cuando comían con Insua a la cabecera, y él sirviéndoles y regañándoles contaba sus penas de hombre que no ha podido vivir en su patria con decoro, y encendía el corazón a los que lo tenían dormido. Con la una pasaba el tasajo, y con la otra el sermón.”

Agregó Martí que la casa de Pablo Insua era la de los clubs, y toda ella era sesión permanente.

Y además enfatizó: “Ya escogiesen el tabaco, ya lo picasen; ya lo aromaran y lo mezclasen, él andaba, de máquina a cajones, leyéndoles el papel del día, o el discurso último, o la conferencia cuya impresión costosa había pagado él sólo.”

Señaló que el gallego Pablo Insua, un gran partidario de la independencia de Cuba en Nueva York, tenía empeñado, en cuanto la fábrica le produjese, todo lo que excediera de los gastos de su mantenimiento, para el tesoro de la revolución.

Detalló: “No había que pedirle el dinero a aquel gallego; había que rechazárselo. Tal parecía que estaba haciendo penitencia, y que quería, a fuerza de abnegación, hacerse perdonar alguna culpa, -la culpa de vivir mientras los hombres son esclavos.”

Igualmente en el citado trabajo se refirió Martí al fallecimiento de Pablo Insua.

Y significo: “Su muerte fue muy bella. Estaba en guerra Cuba, que no vio en la tentativa nueva la unidad y empuje necesarios a la confianza, y había quedado sin jefe una casa de mujeres y de niños, una casa en que había un recién nacido.”

Y añadió: “Era mucha la nieve aquel día primero de mes, cuando el gallego Pablo Insua, el anciano enfermo y fatigoso, iba sin que nadie lo supiese a llevar el sustento a aquella casa cubana. La nieve era mucha. Salió apresurado de la casa en que lo bendecían, sin dar tiempo a las gracias, ni a una taza de té. Cruzó la calle helada, con la mano al corazón. Subió muy de prisa, como huyendo de su generosidad, las escaleras del ferrocarril. Y cayó muerto.”

Martí no sólo dedicó trabajos a resaltar la vida y la obra de destacados luchadores cubanos, sino también rindió homenaje a hombres como el gallego Pablo Insua, radicado en Nueva York, quien fuera un gran simpatizante y colaborador de la causa por la independencia de Cuba.

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